Hoy efectivamente, reunidos Gimeno y el representante del Grupo Avanza, saldrá una
decisión sobre los Autobuses Urbanos de Zaragoza AUZSA, que no tiene que ser
necesariamente una solución.
Se lanzarán a la cara distintos informes de deuda, unos
reclamando 50 millones, otros reclamando 20. Hay una diferencia de 70 millones
entre las dos partes que parecen muchos como para resolver en una reunión entre
enemigos. Efectivamente también el Ayuntamiento tiene informes que le dicen que
ha pagado de más a TUZSA por un servicio mal redactado y peor asumido.
Pero de fondo está la debilidad de cada parte, las trampas
de variado color, la necesidad de que todo se resuelva para ambas empresas, pues
si no es así todo se complicará brutalmente. Se admite que el asunto va a
terminar en los tribunales y que va para largo la solución final. Pero lo que
se sabe también es que entre los años que pasen en el juzgado los autobuses, se
deben tomar muchas decisiones que complican el tablero.
¿Se garantiza la inversión anual de 4 millones por parte de
una empresa con dificultades económicas de deuda?
¿Qué piensa la mejicana ADO de todo esto, callada y sin
intervenir?
¿Cómo asumimos todos que se ha jugado con cartas marcadas?
Como se ve, lo de menos son los 120 despedidos (ya son solo
120) que se podrían acordar admitir en dos años pues tras el varapalo judicial
es sencillísimo resolver siempre que los trabajadores despedidos quieren volver
a la empresa, pues ya son varias decenas los que han dicho que no piensan
devolver la indemnización a costa de ser readmitidos con una condiciones
salariales como si fueran totalmente nuevos trabajadores. Con la sentencia
judicial, los derechos se perdieron.