En algún momento verán (o veremos) el Puente de Piedra de Zaragoza totalmente peatonal, solo para comunicar personas, para disfrutar, para contemplar mientras paseamos.
No se trata de incomunicar, se trata de resolver y de planificar.
Será dentro de pocos años o dentro de todos. Pero cuanto más tardemos más perderemos como ciudad que sabe poner en valor lo propio.