Este era el Ebro seco de un verano de hace pocos años, antes
de la construcción del Azud de Vadorrey. Cuando hablamos de algunas obras y las
criticamos, a veces, se nos olvida recordar qué y cómo era antes de su puesta
en funcionamiento. Siempre eso si, sin dejar de criticar aquello que debería
haber sido mejor. Tener una lámina estable y constante de agua en esta zona de
Zaragoza es mejor que tener algo tan anti ecológico como estos pedregales y
aguas estancadas que también daban problemas de fauna variada.