15.12.17

Premio Maestrazgo de Fotografía 2017


Todos con los móviles llevamos un Gervasio Sánchez dentro. Yo no hacía una sola foto ni tenía, salvo excepciones, maquineta fotográfica. No tengo álbum familiar alguno, solo los de todo Dios, de momentos que casi me gustaría olvidar de mi ridiculum.

En casa y en pocas de las que yo conocí de niño, no se viajaba mas que al pueblo o los pueblos, en mi caso de dos reinos. No se hacían fotos los padres, y a los abuelos lo de captar su imagen les parecía un robo de alma no menos grave que a los guerreros hammer del sur de Etiopía. Todavía me reconozco hijo de ese reciente neolítico, sintoísta y salgo con rictus de mala hostia en las fotos. Joder, es que no salgo flaco y me gustaría… y seguir comiendo… No me basta con mi admirada mirada de impartir justicia como en las novelas de McCarthy.

Pero bueno, evolucionamos. Y nos supercartografiamos. Y soñamos  Zaragoza y Aragón y así los transformamos. Quizá con una mirada más pura de niño los que no lo hemos hecho por analógicos y lo hacemos con lente china y no de Karl Zeiss Jena.

Se están multiplicando así los generadores de emociones. Los captadores de esa realidad, nos acercamos a Japón para bien. Donde está muy desarrollada la cultura de lo efímero, la captación de momentos únicos de la belleza circundante sin ínfula napoleónica codificadora alguna.

Las iniciativas de participar y calendarios subsiguientes se multiplican.

La que más me gusta de Aragón es la que está presentado un nuevo  mapa de imágenes del Maestrazgo. Por tratarse de la comarca menos poblada y más envejecida de Aragón, por su relación singular con Castellón, me parece esencial a través de fotos volver al espíritu del general carlista Cabrera. Enrocarse, tomar el Maestrazgo y observarlo por vivirlo a fondo. Esa tierra dura de masadas.

Este año lo ha ganado Eduardo Monero, vecino de Morella pero de Caltelserás, junto a Alcañiz. Con el pedazo de olivera que presentamos. Es el convento de Cuevas de Cañart embellecido por una olivera, una fotografía soberbia que parece salida de las misiones de Paraguay o Brasil, cuando es Teruel. Qué hermoso legado presentarlo de esta manera.
La nevada es el segundo premio, de Eliecer San Rafael –vecino de Luco de Bordón-. Me ha roto para muy bien un prejuicio, los drones pueden generar muchísima más belleza estática que documental. Muy bien visto o intuido.

Felicitamos al premiado y a la Comarca del Maestrazgo, las fotos se incorporan a un calendario con un efecto demostración en cuanto a calidad de lugar que pone a la misma en el escaparate europeo de las escapadas más auténticas que puedan hacerse si lo difundimos todos. Lo vamos a hacer viajar, nos encantan este tipo de renovaciones de imagen de tanta calidad, esas gotas de la mejor cultura urbana floreciendo en nuestro cultísimo e histórico país del Maestrazgo.

29/11 Luis Iribarren