El futbol hoy día es un fenómeno social, deportivo, económico y político. Representa a una ciudad, comunidad o estado, y por tanto lo hace con todos sus símbolos, colores banderas e himno. Y es por eso, que aficionado o no cuando nuestro equipo gana, en esos momentos sentimos alegría y orgullo. Referencia para nuestros jóvenes, ayuda a introducirlos en el deporte, evitando otros hábitos en su etapa de adolescencia y de paso se identifican con unos colores.
Verdad es que la situación deportiva y económica del Real Zaragoza en la actualidad, no es comparable a estos años atrás. Ya han pasado unos años, donde era frecuente ver una multitud de aragoneses llenando la plaza del Pilar, en abarrotados balcones del ayuntamiento, con jugadores y políticos abrazándose y alzando títulos conquistados.
No hubo aragonés que mostrara indiferencia por sus éxitos y no los sintiera como propios. Ahora en el mal momento actual, el mismo equipo que puso el nombre de la ciudad en Europa, con mayor masa social y reconocido, en esta tierra, necesita apoyo para la formación y manteniendo de sus secciones juveniles, nuestro gobierno municipal pone trabas.
Cuesta entender con la frialdad y desprecio que trata el concejal Rivares a la mayor institución con poder de atracción de Aragón. Más receptivo se comporta el ayuntamiento de ZEC a la hora de ayudar a otros clubs de la ciudad y no solo al deporte base. ¿Qué otra actividad social congrega más de 20.000 personas cada dos semanas y 400.000 de media a través de la televisión, la más alta de segunda y por encima de gran mayoría de primera?
En esto no deseo polemizar, es más, me parece fantástico que la ciudad apueste este año por citas deportivas que dan prestigio a Zaragoza. Son los casos de la concentración selección de balonmano, a pesar de que Zaragoza no cuenta con equipo de elite, Final Four de futbol sala, copa de baloncesto femenino y un World Pádel Tour. Citas que cuestan dinero a las arcas municipales, y que esperan ser compensadas a través del visitante y la difusión de la ciudad por esos eventos. Pero si para esto hay, con tanta o más razón también debería haber para los canteranos zaragocistas.
Daniel Gallardo Marin