Caminar, andar en bicicleta y tener un mejor acceso al transporte público ya no es un problema de otras ciudades, de políticos novedosos o de grupos a los que se llaman Verdes casi con un peyorativo tono de molestia. No, hoy el problema ya, y por no hacer caso antes, es un problema de todas las ciudades de más de 500.000 habitantes, con edificios altos y densos, tengan o no industria pesada cerca, y con unos condicionantes de aire entre normal y escaso.
Los días de cierzo, Zaragoza se escapa, pero los días de niebla o sin aire somos ya una ciudad peligrosa, sobre todo en ciertas zonas de la ciudad, donde la densidad de tráfico es alto y los edificios altos y cerrados no dejan entrar el poco aire que se mueve en determinados días.
¿Debemos hacer algo más que sonreir? Estamos hablando de má problemas cardiovasculares, de más gravedad en las personas de Zaragoza que esos días acuden a las Urgencias, y de una pérdida de vida por contaminación estimulada en unos 14 meses. Lo importante es saberlo y luego decidir. Lo que queramos decidir.
Desde este blog creemos que hay que tomarse muy en serio el uso de los transportes públicos, que debemos además exigir que cada día sean más eléctricos o híbridos, que el uso de la bicicleta hay que regularlo y cuidarlo, y que caminar en y sobre nuestros barrios es una buena opción. ¿Es necesario ir a comprar con el coche a 14 km de distancia, o es necesario exigir que se cuide más el comercio de proximidad?
Veamos algunas sugerencias copiadas de normas de ciudades alemanas y sudamericanas (recopiladas), muy similares en todas las ciudades de nuestro tamaño:
1. Implementar objetivos firmes para crear infraestructuras urbanas que tengan más en cuenta a los peatones y ciclistas, con más seguridad y control de la velocidad en las calles de uno o dos carriles.
2. Informar de los impactos beneficiosos para la salud del cambio de modo de transporte, para que tomemos conciencia de la importancia de estos cambios. Y de cómo está aumentando el problema en los últimos años.
3. Evaluar, promover y respaldar activamente el impacto positivo del turismo sostenible en la mejora de las oportunidades para caminar y andar en bicicleta, creando espacios verdes dentro de las ciudades.
4. Ordenar el urbanismo para promocionar el uso del transporte público, bicicletas y peatones.
5. Implementar ayudas al comercio y todo tipo de servicios de proximidad para evitar que los ciudadanos se trasladen excesivas distancias para efectuar compras o servicios.
6. Crear Caminos Escolares para asegurar que nuestros niños puedan caminar y/o moverse en bicicleta hasta la escuela con más frecuencia y de manera más segura.
7. Crear zonas de aparcamientos disuasorios en las entradas a los barrios, para evitar que los vehículos privados circulen por su interior. Ampliar el servicio de estacionamiento controlado y de pago en los interiores de los barrios y revertir las recaudaciones en mejoras de esos mismos barrios.