6.12.17

Zaragoza 2025 (14) El Rabal independiente

Zaragoza ciudad de ciudades 09: 
Distrito 14, Ayuntamiento del Rabal, segunda ciudad de Aragón

Mi nostalgia cupular se encarga de alimentarla el pintor Cabal con su brillante exposición sobre Patrimonio Industrial de la margen izquierda. El Rabal se comportaba como ciudad distinta ferroviario-industrial. Automotor canfranero.

Rabal. Distrito que más conozco, escribo el presente condicionado por haber asistido a la charla de Sergio del Molino en el ciclo de autores que la Red de Bibliotecas de Zaragoza organiza en noviembre en el museo Gargallo.

A diferencia de lo que el expectante y entregado público esperaba, todos éramos zaragozanos de aluvión, y las invitaciones-recordatorio que Sergio recibió para ir a Molina, para ir a Teruel… para comentar con lectores del medio rural su obra “La España Vacía”, la conversación giró mucho más en torno a otra interesante visión.

El autor ya aclaró que su pretensión con su obra estrella no ha sido aportar herramienta alguna para combatir la despoblación (que no tiene síndrome de Heidi), sino repensar su España desde su perspectiva y memoria. Comprobar lo que todavía queda, y es todo, de carlismo. Pero lo que, aunque no lo pretendiera, ha codificado el autor aragonés de origen es un imaginario mar de tierra pardo parda donde las ciudades españolas de interior se comportan como islas, con personalidad propia. Muy bien visto, y allí me di cuenta que es lo que yo también siento cuando estoy escribiendo esta serie desde mi mirada externa oscense.

Pues bien, el autor viró su razonamiento hacia que elige Zaragoza como escenario porque, a diferencia de Barcelona by Marsé o Madrid by Umbral-Dolce Vita, es una ciudad todavía por cartografiar literariamente. Un agujero insonsable de paso bunburiano.

Que Zaragoza contiene elementos de viaje homérico todavía por establecer lo que le da una enorme libertad creativa, que es un territorio en que no se pisa con Pisón, porque tienen su propio espacio de cartografiado, de los 50 a los 70, y la potente base americana como lugar escape que hace ciudad. Cada uno con su juventud y recuerdos familiares.

Pues bien, si es cierto, que sí, que Zaragoza tiene su cartografía histórica y novelística por realizar, es claro y evidente que desde el Arrabal histórico y el Barrio Jesús se podrían conformar espacios propios para una intrahistoria dentro de la ciudad. La misma espera quien la diseñe. Eso los grupos pictóricos zaragozanos, tan interesantes, sí lo han comprendido.

Y voy a manejar una idea loca, qué sería de Zaragoza-Conurbación como entidad metropolitana si la Margen Izquierda, Valdefierro, los nuevos desarrollos urbanos del sur –como Barañáin- o Torrero fuéramos ayuntamientos independientes segregados. Y me sale que sí, que sería una ciudad de ciudades en la práctica, obligada a repensar su urbanismo y su movilidad desde el debate y diálogo. Que recibiría más apoyo exterior y pondría en jaque al Gobierno de Aragón con solo esta realidad. Que aportaría singularidades como la de Benimaclet ó Manises en Valencia.
La ecuación sale sola. Como en Vilanova de Gaia, enfrente de Oporto, la Estación del Norte, el parque del Tío Jorge y el Rabal como poseedor de la mejor arquitectura industrial de Zaragoza tendríamos equipamientos al menos municipales como los pueda tener Zuera. Es decir, un teatro propio, una azucarera totalmente rehabilitada –en la Casa del Director-, la fábrica de Galletas Patria como museo industrial sobre el pasado ferroviario del distrito, y la Estación del Norte todavía presentaría su estructura abovedada de cristal, siendo sus no intactos almacenes del otro lado de las vías espacio para asociaciones.

Es evidente que se contaría con una estación propia de comunicaciones y cercanías hacia el norte, en Valle de Broto donde mueren las vías, que permitiría un intercambiador para ir a Huesca o a trabajar al polígono cárnico de Zuera, 1.000 empleos. También a la Universidad San Jorge de Villanueva y Walqa.

Una conexión con Huesca propia, muy necesario restaurarla, más que nada porque existió. Generando riqueza, negocios de restauración y empleo. Qué languidez la de la Estación ahora.

En este momento, la única opción de salir del Rabal fuera de Zaragoza es tener que desplazarse a Kasan a pasar frío esperando. Es increíble la situación: la avenida Cataluña, la calle Sobrarbe-San Juan de la Peña… solo conservan centralidad por ubicación andando o en bici, pero se han quedado alejadas –condenadas a la desaparición del comercio y equipamientos de ciudad- no solo del tranvía, sino aisladas de su entorno norte.
Medina e Ir Rabat, el Arrabal. Municipios distintos y con enorme personalidad propia y complementariedad en la isla de Malta. Todos los visitantes de la isla disfrutan de la distinta personalidad de ambos, separados solo por la muralla. En nuestro caso, por el río, al norte del cuál empieza Europa –Napoleón dixit-.

Ejemplos: ¿se puede ir a disfrutar del ambiente de Mercazaragoza y dar un paseo por Cogullada sin contaminar vía diésel? ¿se pueden plantear sin conexiones de calidad proyectos de reconversión del languideciente pero esencial históricamente Polígono de Cogullada hacia usos mixtos? Véanse los concesionarios de la avenida de Cataluña desplazados al tercer cinturón-Veterinaria.

Lo que planteo es que a la propia Zaragoza le sería conveniente la segregación con un proyecto metropolitano como el de Barcelona. Dado que no existen proyectos relevantes, con la excepción de Zaragoza Activa liderada por CHA, para nuestro distrito ni tampoco para el Actur, siguiente capítulo.
Mientras tanto, a seguir debatiendo qué vuelta de tuerca darle a la explanada de la Estación, qué uso de poca enjundia al Palacio Soláns, qué equipamiento de ciudad museístico llevar, para revitalizarlo, al bellísimo entorno de nuestro casco histórico, la Plaza del Rosario, tan desconocida en la ciudad. Se ha perdido mucho tiempo y no se vislumbran soluciones, la masificación del Centro de Salud de la Jota va camino de ser telúrica…

La condición peninsular o insular del Distrito 14 a superarse se revela en su difícil relación con Santa Isabel, de configuración urbanística como núcleo-travesía -parada de caballerías- anterior, su asimismo nula relación con el Bajo Gállego, el hecho de sentir y vivir espalda contra espalda con Las Fuentes. También en el caso del Actur-Almozara, aunque allí las enormes inversiones y el urbanismo comercial y de vuelta de tapas estén suturando la herida. Ya nos gustaría estar como ellos en equipamientos. La ciudad, como en Delicias, debe muchos, no actúa como el Estado en Aragón. Si hay un parque que esté tan mal conservado como el Tío Jorge es el bellísimo y singular de Delicias.

28/11 Luis Iribarren