Aragón ha sido noticia en todos los medios estatales y algunos europeos. Ha tenido que ser por el treinta aniversario del criminal atentado de ETA en la casa cuartel de la Avenida Cataluña y por la vuelta a Aragón de los bienes de Sijena, la noticia que ha llenado espacios televisivos e informativos.
Desde aquí mi recuerdo a las víctimas, la mayoría niños, mi cariño para sus familias y mi apoyo por mantener viva la memoria de tanto sufrimiento sin sentido.
Ciñéndome al manipulado litigio, los abucheos, gritos e insultos con los que numerosos catalanes intentaron impedir la salida de las obras aragonesas del Museo de Lérida, son dignos de tener en cuenta. Enfrentamiento e insultos de toda índole a la salida del museo que tuvieron que soportar técnicos y medios de comunicación aragoneses, trabajadores que iban a cumplir con su trabajo y han tenido que aguantar por parte de algunos auténticos becerros a la entrada del museo leridano. Incluidas las tres piedras que lanzaron al camión cargado con los bienes.
¿Quién no entiende que unos bienes, pilares de la identidad aragonesa, comprados ilegalmente y otros cedidos para su restauración, y que siguen en el Museo de Barcelona, puedan formar parte del patrimonio de quien comete la ilegalidad?
Por eso resulta histriónico escuchar al huído de la justicia española, Puigdemont, rozar el esperpento amarillo cuando habla de golpe de Estado para expoliar Cataluña.
Cuando hablan de ocupación y saqueo, o de que Cataluña es su botín de guerra. Siempre me ha interesado el uso del lenguaje como propaganda política y más ahora cuando los bienes de Sijena se han convertido en tema electoral catalán.
Pero afortunadamente se ha dado la tormenta perfecta para que los siempre atemorizados gobiernos de Madrid acaten las leyes y eso que al ministro Méndez de Vigo le temblaron las piernas y a punto estuvo, hace unos días, de volver a paralizar el proceso, como siempre, por "evitar" un nuevo enfado del niño mal criado en el que todos los Gobiernos de España han convertido a Cataluña.
De momento, siempre hay algún tonto. Amenaza el delegado de cultura de Cataluña en Lérida con “repensar” los servicios sanitarios que se prestan a Aragón. Patético.
En lugar de entonar el mea culpa por no haber cumplido con las sentencias dictadas hace ya 20 años, por haber provocado el deterioro de unas cuantas obras y la "pérdida" de otra, (que espero que la justicia siga actuando y les cobre caro su desatención) si no entienden las palabras con las que se describe la realidad, que se apliquen su propio discurso: quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón.
Daniel Gallardo Marín