Estas chicas y chicos de la DGA nos quieren vender milongas disfrazadas de buenos pasteles. Ahora resucitan un viejo sistema para sacer liquidez en tiempos de crisis, algo lógico si se contempla desde el punto de vista de que necesitamos panoja y no queremos subir los ingresos vía impuestos. Pero lo que no está bien es que se nos diga que es muy beneficioso para el erario público.
Se quiere vender la “Ciudad de la Justicia” en la Expo 2008 a una empresa privada que nada más comprarla la alquilaría a la DGA para que siguiera teniendo el uso previsto de “Ciudad de la Justicia”. Es como el juego de los cubiletes pero en versión “alquiler”.
Es como si yo le vendiera “MI” piso a una empresa y le asegurara que le iba a pagar un alquiler de por vida sin yo moverme del piso. La empresa se garantiza unos ingresos mensuales y yo me garantizo una pasta gansa para poder seguir gastando. Lo que no se dice es que a medio o largo plazo, depende del contrato, es un encarecimiento grave de un servicio público, pues como es lógico, la empresa que no es una ONG, quiere sacar beneficio del de verdad de este tipo de operaciones.
La empresa pedirá un préstamo hipotecario para la compra que avalará con los edificios e irá pagando mensualmente con lo que saque del alquiler menos una parte que se quedará para su beneficio. Visto así, no sé si no planearme este nuevo negocio entre unos cuantos amigos y vivir del alquiler a la DGA, una vez que logre convencer a un banco amigable.