El martes 13 de marzo los niños de los colegios Virgen de la Peana de Ateca (Zaragoza), San José de Calasanz de Barbastro (Huesca) y Nuestra Señora del Pilar de Monreal del Campo (Teruel) ocuparon el hemiciclo de las Cortes de Aragón para ejercer de Diputados en una sesión educativa para los niños. Voy a plantear una vuelta de tuerca a una actividad válida, pero que podría dar más soluciones.
¿Qué tal esos 50 escolares elegidos entre diferentes colegios —con una edad algo más elevada para dar más calidad práctica a los asuntos planteados—, ejerciendo de “consultadores” ciudadanos y preguntando a Diputados, Concejales, Vocales de Distrito, periodistas o empresarios, una vez al trimestre?
No se trataría de que plantearan asuntos genéricos, sino temas mucho más particulares y cercanos. Escuchar a los jóvenes y niños en sus problemáticas para que todos se impliquen más en sus gestiones y trabajos. Y lograr que exista un intercambio de gestiones entre ambos importantes grupos sociales. Y que no se nos olvide que por cada niño o jóvenes hay dos adultos que ejercen de padres, que también se sentirán partícipes de este tipo de actividades para compartir opiniones. Que pudieran preguntar sobre la suciedad en los parques, sobre educación, sobre botellón, seguridad ciudadana, transportes, formación profesional, semáforos u horarios escolares.
Seguro que si aprendemos a escuchar a los colectivos más jóvenes y si les damos la oportunidad de que ellos se impliquen en preguntar, informarse, saber como se gestiona la sociedad, se implicarán también más en su funcionamiento.
No es necesario además que este tipo de actividades lo realicen las instituciones, si no lo consideran oportuno. Lo pueden hacer también los Grupos Parlamentarios o los Grupos Municipales, con luz y taquígrafos para que no exista duda de la intención perfectamente limpia de este tipo de actividades. Mucho mejor si al menos lo ejercen dos Grupos Políticos diferentes.