Unos 2.000 aragoneses se han ido a vivir y trabajar a otros países en el año 2011, en un aumento constante desde el año 2009 que marca el punto de reflexión ante la crisis que lleva sobre todo a muchos jóvenes a tener que buscar su futuro fuera de nuestro país.
En el año 2009 vivían en el extranjero 25.114 personas procedentes de Aragón; en 2010, 26.793; en 2011, 28.938, y en 2012, 31.094. El país en el que más aragoneses viven es Francia con 6.882 aragoneses. Le siguen Argentina (4.588 aragoneses), Venezuela (2.104), Alemania (1.924), EE.UU. (1.843), Brasil (1.674) y Reino Unido (1.338).
Es muy triste tener que recomendar a tus propios hijos que el futuro pasa por huir —literalmente huir— de tu propio país, pues aquí no hay futuro laboral en los próximos años, aunque tu formación sea muy completa. Da igual, curiosamente España se ha convertido en menos de un lustro de ser un país de acogida constante y muy amplia de inmigrantes de medio mundo, a ser un país de emigrantes que tiene que escapar de España a buscar posibilidades económicas y futuro. Como es lógico en todo movimiento de personas, vienen y se van los mejores, los más atrevidos, los más formados, los que más posibilidades tienen.
Aragón se está empobreciendo, pues esos 2.000 aragoneses que se pierden suelen ser jóvenes muy formados, universitarios a los que entre todos les hemos pagado su formación, y que escapan sin garantías de volver, pues una vez encontrado futuro en otro territorio es muy complicada la vuelta. Y de momento no sabemos hacer nada para revertir este proceso. Incluso las becas a universitarios para doctorarse o trabajar en investigación como posgrado se han quitado, lo que era una manera de al menos tenerlos aquí trabajando por poco dinero, investigando sobre asuntos que las empresas privadas deberían también potenciar y apoyar.