Es necesario cumplir a rajatabla la normativa que regula el código de circulación para vehículos a motor. La polémica surge cuando se obliga a los remolques de tractores, usados para el desfile del pregón de las fiestas de Utebo, a cumplir dicho reglamento, como ha ocurrido en Utebo (Zaragoza).
Por eso los peñistas uteberos se quedaron sin poder sacar sus carrozas en el día de su patrona Santa Ana y sin disfrutarlas las muchas personas que con tanta ilusión las esperaban.
Y aquí está el debate.
El alcalde está en su legítimo derecho de obligar a las carrozas a que cumplan los requisitos que manda el reglamento, como así lo hizo. Pero quizás, en este caso, habría que dar un poco de manga ancha y ser un poco más permisivo con algunos de esos remolques por no estar al día del código de circulación.
Tal vez, digo yo, realizando una revisión con suficiente antelación para verificar el estado de las carrozas, y con la compañía, en el trayecto, de la policía local por si entraña algún peligro, hubiese bastado. La mayoría de esos vehículos son usados únicamente para la ocasión.
Carruajes que han circulado años pasados a velocidad de a pie, durante unas horas, en zona limitada y solo un día al año. Ilusión de muchas gentes de esta localidad que esperan con entusiasmo este acto festivo, sin olvidar a cientos de peñistas que dan alegría a las fiestas. Peñistas que con su dinero y mucho esfuerzo y tiempo invertido, las adornan exclusivamente para ese día del pregón en sus fiestas patronales.
Hay que llegar a acuerdos con tiempo suficiente a la celebración de ese día, aunando obligaciones y entretenimiento. Evitando así enfrentamientos que enrarecen y en nada favorecen el normal desarrollo de unos días tan esperados, pintados en rojo en el calendario por vecinos y forastero.
Daniel Gallardo Marin