Biscarrués, y por ello Javier Lamban y José Luis Soro, son dos miembros del mismo gobierno en antagónica opinión con respecto al pantano. Presidente y Consejero no se han cortado un pelo en defender lo que cada uno considera de justicia. Mientras el presidente socialista del Gobierno aragonés lo considera de vital importancia para el desarrollo de los regadíos de Monegros, el presidente de Chunta Aragonesista y consejero de Vertebración del actual gobierno en coalición con el PSOE, piensa que para este desarrollo hay alternativas mejores.
Soro ha dado la enhorabuena por la paralización del embalse por la Audiencia Nacional a toda la gente que durante tanto tiempo ha hecho un frente común para llegar hasta el día de hoy. Los proyectos en esta nuestra tierra aragonesa se hacen eternos, y en consecuencia se tornan obsoletos, en este caso, afortunadamente.
El Pacto del agua en Aragón después de 25 años queda lejos de lo establecido por la Directiva Marco del Agua, que obliga a revisar la totalidad del ideario Hidrográfico y a buscar otras alternativas como ya se han hecho en otras zonas de secano bien sea a través de embalses, riego de superficie o subirrigación, elevando el nivel freático.
Por eso sorprende que el Gobierno central considere Biscarrués “irrenunciable” y diga que garantiza su continuidad. Misma respuesta a la justicia del Gobierno catalán “lo diga quien lo diga no renunciaremos al proceso independentista”.
¿Para qué está la Justicia, pues?
Dar ejemplo es la única forma de influir en los demás, pero aquí los únicos que han dado ejemplo son la gente amenazada de la Galliguera. Han desarrollado la zona en torno al río Gállego, a pesar de la espada que pendía sobre ellos, mientras seguían luchando contra ese pantano absurdo. Ellos sí que dan ejemplo.
Daniel Gallardo Marin