Por mis muchos años y vivencias hago siempre mía la frase de Sean Stephenson “ver para creer”. Me encantaría ser más optimista con respecto a la reunión bilateral, Aragón – Gobierno Central celebrada estos días.
Jornada académica como así ha sido llamada. Reunión Bilateral creada en el artículo 108, incluido en la última reforma del Estatuto de Autonomía de Aragón. Dice su contenido que se crearán periódicas reuniones entre ambos gobiernos para llegar acuerdos económicos financieros. Tres años han pasado desde la última.
Mi pragmatismo, qué quieren que les diga, no congenia con la euforia del consejero Guillén. Para decir que Cataluña ha de devolver los bienes, o que se agilizará la reapertura del Canfranc, no hace falta convocar ninguna reunión
Tampoco tenían idea de que hubiese alguna Comunidad al acecho del trasvase. Que estarán para celebrar el primer centenario del Parque de Ordesa, con ellos o sin ellos, lo celebraremos.
Por ver algo positivo, han dicho que se sacará alguna plaza de profesores sanitarios??
En lo financiero que van a dar comienzo a desdoblar la trágica N232, proyectada en el 2008, o que el año que viene desbloquearán otro proyecto, el Congosto de Ventanillo, o sea que va para largo. En lo básico, sin acuerdo para la AP2, la térmica de Andorra o el acta con Renfe, cercanías incluidas. Para ese viaje no hacían falta tanta alforja, ni tantos años de esperar a la vice y a su séquito.
Mi escepticismo aumenta si cabe al escuchar al presidente aragonés comentando que ese acuerdo no es para que lleguen 1.000 millones. Ni en mis mejores sueños. Son cifras mayores para esta noble tierra, aunque no tanto para alguna que otra comunidad o algún que otro banco.
El más contento de la bilateral o como le quieran llamar, fue el secretario de Estado Roberto Bermúdez de Castro por nuestra excelente disposición, el aragonés lo sabía de antemano, es de aquí, somos buena gente. Total que seguiremos como estamos. Bueno, siempre que al final no se quita el azud del Ebro.
Daniel Gallardo