Puerta de entrada a la Parroquia de Belén |
El barrio del Picarral de Zaragoza tuvo la suerte de que su parroquia de Belén estuviera llena de buena voluntad, de gentes que entendieron que el barrio necesitaba el liderazgo social que aquellos vecinos necesitaban para la dignidad humana básica. En este 2015 se celebra el 50 aniversario de la construcción de la parroquia de Belén en la zona menos favorecida en aquellos años de la hoy muy poblada margen izquierda donde la figura de esta parroquia de Belén no ha hecho más que acrecentar las sinergias entre vecinos y mantener muy alto el listón de los trabajos sociales en una zona ejemplo de trabajo comunitario.
El 1 de junio de 1965 se levanta la Parroquia de Nuestra Señora de Belén al desmembrarse de la antigua parroquia de Altabas, y un año después se firmó el convenio de encomienda hacia la Compañía de Jesús. En los terrenos del Camino de Juslibol en los que se encuentra actualmente el polideportivo San Braulio, los conocidos entonces como “suburbios”, se construyó el primer conjunto de casas parroquiales, que llegaron a ser el punto vital de todo el barrio de Picarral.
"Allí se acercaban jóvenes y mayores, se hacía teatro, cine, festivales, guardería, clases de educación de adultos, asambleas, charlas y hasta fue sede del grupo de montaña Pirineo y del grupo juvenil Amistad", recuerda ahora Juan José Jordá, alma durante muchos años de la asociación de vecinos. En aquellos locales han cantado desde Labordeta a La Bullonera dando ánimos a unos vecinos que supieron construir un excelente barrio casi solo con sus propias manos y sus negociaciones políticas incansables.
Nos recuerda Juan José Jordá que "eran sacerdotes que no solo hacían misa, hacían barrio", y en su sede se acogió la creación de entidades vecinales, sociales y sindicales, como la entonces Asociación de Cabezas de Familia del Picarral, primera de las entidades de asociación permitidas por la dictadura. También tuvo un importante papel de apoyo en las luchas obreras de los años 70 en empresas como Nurel, Caitasa, Balay, TUSA (Talleres Unidos Sociedad Anónima), etc. "Se empezaban a ver los albores de la democracia y a nivel industrial hubo muchas movilizaciones en busca de convenios, negociaciones colectivas y derechos, y la parroquia dejaba sus locales y había reuniones, asambleas y encierros... Por allí estaba permanentemente la Brigada Político-Social" vigilando las entradas y salidas nos recuerda Jordá. Una época en la que tuvo un papel preponderante el padre Juan Acha, muy recordado hoy.
La parroquia estuvo muy implicada en las movilizaciones vecinales del año 1984 ante la llegada del Papa Juan Pablo II a Zaragoza y la decisión de derribar las chabolas de la avenida Pirineos, en la explanada donde se celebraría una gran misa; o en el apoyo al cura de la localidad de Fabara. En los años 80, la parroquia estuvo codo con codo con los vecinos en sus demandas para que no pasaran los tanques hacia San Gregorio por las calles del barrio. Las divisiones de tanques venían de sus lugares de origen en ferrocarril a la Estación del Norte, y circulando sobre sus cadenas recorrían la avenida de San Juan de la Peña, Valle de Broto y la avenida de los Pirineos hasta llegar al campo de tiro de San Gregorio, destrozando los pocos y débiles asfaltos de todo el barrio.