Una nueva etapa de gobierno para la
capital de Aragón comienza. Paradójicamente el alcalde saliente y el nuevo
entrante comparten el Derecho como profesión. El hasta ahora alcalde con tres
etapas como máximo mandatario y otra en la oposición, llegó con un currículo
envidiable, no solo como juez si no también como súper ministro en la época de
Felipe González. Muy al contrario, su relevo Santisteve es un perfecto
desconocido para la mayoría de la sociedad zaragozana.
La etapa Belloch no ha dejado indiferente
a nadie, lejos de pasar de puntillas este socialista cristiano “sui
generis” ha contribuido para que la ciudad de Zaragoza diera un salto
cuantitativo en su imagen interna y hacia el exterior. Partidario eso si, de
grandes eventos; uno la Expo 2008 que trasformó la ciudad y otros que no llegaron
por diversas circunstancias. La decadencia en esta última legislatura ha sido
tangible y virtual la gobernabilidad. Solo la construcción de la línea 1 del
tranvía dio algo de vida a una ciudad paralizada.
Nuevo alcalde nueva etapa. Santisteve
enrocado dentro de un pluripartidismo de izquierdas pero de diferente talante,
aterriza como lluvia de estrellas ante algo que ellos quizás no esperaban.
Mantener la unión de Zaragoza en Común no va a ser la tarea más fácil de lidiar
dentro de su organigrama. PSOE y CHA solo han dado su acuerdo para la
investidura; sin su apoyo el bastón de mando de la alcaldía hubiera pasado a
las manos de los populares. Mucho tendrá que trabajar estos cuatro años con los
suyos, y desde la humildad, (no ha sido el más votado) trabajar codo a codo con
socialistas y aragonesistas, con acuerdos que arranquen de una vez nuestra
ciudad. Tarea tienen de sobras.
Daniel Gallardo