Acabo de venir de una reunión preparatoria sobre el TTIP antes de irme hasta el Parlamento Europeo en Bruselas la próxima semana, para conocer y tratar más este precioso ejercicio de pérdida de libertad a lo bruto que intentamos llamar TTIP, el tratado de libre comercio que ni es tratado, ni es libre ni sirve sólo para el comercio además de ser secreto, y en donde Aragón pintará menos que pichorras en Pastriz, a poco que no seamos capaces de explicarlo bien, de defender mejor los territorios pequeños y todas nuestras Pymes, que ahora se creen ellas mismas beneficiadas de un futuro sistema abierto de comercio, pero que no beneficia en el medio plazo más que a las grandes corporaciones. Poco pan para hoy, mucho hambre para mañana.
No es tratado pues los Tratados se dan con el “trato”, la negociación, y nunca con la imposición por presiones, por amenazas del grande al chico. Y no me estoy refiriendo al grande como EEUU y al chico como Aragón. No. El grande son corporaciones de nombres desconocidos o no, dirigidas por personas desconocidas siempre, que no tienen como enemigo a Aragón, sino a otras corporaciones vecinas de presión. Aragón somos tan poca casa para ellos que ni saben donde pilla. Solo les interesa Aragón como espacio de consumo, de manipulación, de fabricación muy barata, de esclavismo muy moderno. Efectivamente, al menos será muy moderno.
No es libre pues no hay bicho sobre la tierra en Europa que tenga arrestos para decir que NO a lo que viene impuesto en la letra pequeña. Ya no es que no nos la podamos leer por pequeña, por mucha o por enfarragosa. Es que se recomienda no leer cuando se firme definitivamente, para no enfermar de antieuropeismo. Europa se juega su futuro y lo sabe pero no quiere defenderse.
No sirve (solo) para el Comercio pues en realidad se trata de dominar, de controlar, de lograr beneficios que no sabría escribir por su tamaño y tentáculos, de cambiar leyes, de no permitir que países enteros se salgan de lo políticamente correcto según las grandes corporaciones del beneficio comercial y de consumo. Se trata de presionar, de vender y de fabricar al precio que ellos quieran, y "ellos" no son países, son empresas escondidas de tamaño desconocido. ¿Creen que no existen?
No sabemos de qué va esto simplemente porque nos da miedo explicarlo, porque se lo han montado muy bien para que no se sepa, pero hay países donde fijarse. Este acuerdo ya existe entre EEUU y varios países vecinos de América. Podríamos preguntar a México, a Canadá o Uruguay, a Australia, a algunos países de África, todos ellos ya tienen como báscula complicada para medir el bienestar social real, unas formas de defender sus estados del bienestar donde el lucro cesante es una espada de Damocles. Jope con el lucro cesante.
Los mecanismos de resolución de conflictos (ISDS) son unos tribunales privados que permitirán a las empresas transnacionales denunciar a cualquier Estado simplemente por el lucro cesante en sus negocios futuros para frenar la capacidad de decisión de cada país, de cada país. ¿Les suena imposible? No se preocupen, les dará tiempo para sufrirlo. Así que cuanto más sepamos del TTIP mucho peor. Más mala sangre haremos. Pero yo tengo que ir para contárselo a ustedes y a las gentes del Rolde de Economía de mi partido político. Espero saber rascar sobre los secretos europeos, aunque seguro me lo ponen harto complicado.
Julio M- Puente Mateo
Julio M- Puente Mateo