Zaragoza ha saltado a los medios de comunicación de medio mundo gracias a las empresas SACO Tecnologies y Oboria Digital, que con la dirección de Miguel Fontgivel sobre un equipo formado por casi 30 arquitectos, ingenieros e informáticos han creado la ya conocida MSG Sphere en Las Vegas que estos días está saliendo en todos los lugares como un trabajo innovador tanto en su exterior como en su interior.
No es sencillo encontrarse a Zaragoza multiplicada por los medios de comunicación, y sobre todo no es nada sencilla que sea por motivos ajenos a los sucesos. Por eso, ver a Zaragoza en los Telediarios o en los periódicos de medio mundo por albergar las empresas que han participado en estos diseños y arquitecturas casi de futuro, es muy de agradecer.
El promotor de esta MSG Sphere ha sido el neoyorquino James Dolan, que es el presidente del estadio Madison Square Garden en Nueva York, quien encargó en el año 2017 los diseños exteriores primero, a la empresa zaragozana. Confío en ella por hacer bien sus trabajos, y nosotros en Zaragoza, sin saberlo.
Es un edificio en forma de esfera de 113 metros de altura, unos 18 metros más que la punta de la Basílica del Pilar en donde a base de 50 millones de luces led con 128K de resolución, se proyectan imágenes en su exterior e interior, que convierten al edificio en una enorme pantalla de vídeo que cobra vida propia de forma a veces casi imposible. Son 15.000 metros cuadrados de pantalla emitiendo vídeos diseñados para su particular forma inmersiva de ser contemplados.
El sistema de audio consta de 64.000 altavoces para que se pueda escuchar de igual manera en cualquiera de las zonas interiores del edificio. A partir de estos innovadores sistemas de vídeo y sonido, cualquier actuación en su interior cobra otra realidad, otra manera de sentirse. Por eso la entrada a esta edificio parte de los casi 1.000 euros por persona.
La suma de arquitectura e ingeniería, con la de programación informática e Inteligencia Artificial han logrado un avance que irá dando nuevos frutos en los próximos años. Zaragoza sí sabe hacerlo, personas que nos encontramos por el Coso, en el autobús o en el tranvía.