Octavio y Felez era entonces una gran empresa de impresión y de material de oficina, estaba en el Paseo Cuellar, tenía una gran y muy reconocida tiendas de objetos de escritorio y papelería en el Paseo Independencia y era sin duda una de las mejores empresas gráficas de Aragón.
Pero este libro significa mucho más para mí. Hoy me lo han regalado sin saber lo que representa como icono para quien les escribe. En aquellos años no existían los ordenadores, casi no existía la litografía, todo era tipografía y las imágenes se imprimían a través de unos grabados de zinc que se fabricaban en unas empresas que se llamaban fotograbados.
Pero este libro significa mucho más para mí. Hoy me lo han regalado sin saber lo que representa como icono para quien les escribe. En aquellos años no existían los ordenadores, casi no existía la litografía, todo era tipografía y las imágenes se imprimían a través de unos grabados de zinc que se fabricaban en unas empresas que se llamaban fotograbados.
Había en Zaragoza dos grandes empresas de fotograbado y alguna más pero mucho más pequeña. Una de las grandes era Luz y Arte y allí trabajaba yo con 14 años. Había entrado unos meses antes de que se publicara este libro conmemorativo.
Un libro del que se regaló un ejemplar a cada uno de los oficiales de las empresas que había intervenido en su creación, como Luz y Arte, pero ninguno para los aprendices.
Yo me quedé sin libro, un objeto más que libro que significaba en aquellos años un trabajo exquisito con una portada como se ve en la imagen con un gran grabado metálico que le confería convertirse en original y especial.
Quedarme sin libro nos jodió mucho a los aprendices. A los ocho creo, que entonces estábamos en la empresa. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Han pasado muchos años, pero me lo han regalado sin saber su importancia.
Yo me quedé sin libro, un objeto más que libro que significaba en aquellos años un trabajo exquisito con una portada como se ve en la imagen con un gran grabado metálico que le confería convertirse en original y especial.
Quedarme sin libro nos jodió mucho a los aprendices. A los ocho creo, que entonces estábamos en la empresa. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Han pasado muchos años, pero me lo han regalado sin saber su importancia.
Alguna vez lo había visto en estos años en alguna exposición, y siempre me había acordado de aquella anécdota. Cuando le he puesto mi ex libris es como si hubiera tomado posesión de una justicia tardía. Soy así de tonto. Pero de estas tontadas también se vive.
Nota.: Por cierto, aunque el libro se terminó de imprimir a finales del año 1970, la empresa cumplió su aniversario en 1968. Es decir, en el 2018 cumplió el Centenario. Por sus máquinas y manos han pasado centenares cuando no miles de libros y folletos, carteles o material gráfico sobre Zaragoza y Aragón. Un homenaje público no estaría nada mal.
Nota.: Por cierto, aunque el libro se terminó de imprimir a finales del año 1970, la empresa cumplió su aniversario en 1968. Es decir, en el 2018 cumplió el Centenario. Por sus máquinas y manos han pasado centenares cuando no miles de libros y folletos, carteles o material gráfico sobre Zaragoza y Aragón. Un homenaje público no estaría nada mal.