25.10.23

La Zaragoza de 1924, la de 2023 y la de 2125


Es imposible volver a los tiempos de 1924, a los años en los que se ven en esta postal de la Zaragoza vieja. Y es también imposible traer a estas personas que vemos paseando, para que observar su ciudad ahora, un siglo después. 

No es sencillo entender qué pensarían ellos, ni tampoco qué pensaríamos nosotros si pudiéramos volver una tarde, solo medio día, para recorrer las calles que conocemos perfectamente en este momento. Sonreiríamos, seguramente.

Vemos carteles, servicios que había en esos momentos en aquella Zaragoza, en la entrada de la calle Don Jaime.

La Funeraria de Alfonso. Una tienda de Loterías e incluso más a su izquierda según vemos en la imagen se puede ver la entrada a un Banco. El Tranvía anuncia Anís el Mono. Hay una empresa que hace Estudios e Instalaciones para obras o empresas. Un Gabinete de Belleza que hacía Manicura y que además era Callista. Y está el Bar Oliván. 

Hay casi un centenar de personas en la calle, mucha gente en no mucho espacio, para una ciudad de a lo sumo unos 150.000 habitantes.

Hemos crecido, hemos cambiado, pero seguimos siendo Zaragoza. Dentro de un siglo verán alguna fotografía de esos años nuestros, sonreirán sobre lo que verán entonces de estos años, igual de como hacemos nosotros observando 1924.

Pero sin el 1924 de la fotografía no podríamos tener la Zaragoza actual. Sin la del 2023 no podrían vivir en la Zaragoza de 2125. Esa es nuestra responsabilidad. Cuidar lo que nos hemos encontrado, y mejorarlo para simplemente entregarlo.