Como residente en Binéfar varios años, aprendí a descubrir
el Aragón feliz y valorar la iniciativa de sus habitantes, su capacidad para el
desarrollo endógeno. Zonas como Cinco Villas, donde se vivió una conquista del
Oeste con su transformación en regadíos. La Litera, Cinca Medio, Bajo Aragón,
potencias en producción porcina, la segunda industria de Aragón. Con
cooperativas de segundo grado fundamentales para la soberanía alimentaria,
manzanas, mejor arroz ecológico de Europa.
Es posible que ya no haya que poner el apoyo del compás en
Lérida para entenderlo.
Raimat, Valonga, los Raventós, los Vall Companys, Guissona,
han tenido una capital influencia. Está por ver qué sucederá en adelante. Si
tendremos la necesidad de transformar. En todo caso, producimos muy bien y muy
bueno. Y allí estará Mairal ó el sector cárnico de Graus para aportar
experiencia. Pero la imagen que trasladamos del Aragón feliz no es esta. No es
tampoco el ejemplo de convivencia con la inmigración llevado a cabo por el
mejor PSOE de Aragón desde Fraga.
Es el monocultivo de la Semana Santa y las motos que perfuma
la vida del Bajo Aragón y Alcañiz. Una población periférica, potentísima,
singular cruce de caminos, puerta de entrada a la Toscana aragonesa, con
tradición mercantil, republicana, civil, religiosa. Da la sensación que solo
existe porque se le ponen los focos mediáticos dos veces al año.
Se dice que en Motorland hay actividad todo el año. No se
demuestra, pero ahora tenemos la oportunidad de exigir transparencia y quizá
determinados datos que puede que revelen que la gestión y ocupación hotelera son
continuas en el año. Justificando así el interés particular de los hosteleros
de Alcañiz en el proyecto. Interés, por otra parte, ficticio y subvencionado al
que les han lanzado desde fuera. En todo
caso, ¿cuántos puestos de trabajo creados en hostelería? ¿se ha reconvertido
desde el INAEM paro de la construcción, por nuevos camareros en ese territorio?
¿qué parte del circuito y su movimiento económico ha potenciado las gestorías,
empresas de informática y de servicios de Alcañiz? Parece que poco, parece que
es un desembarco exógeno.
También es seguro que no todas las inversiones del Plan
Teruel han sido cuestionables. Allí está Tarnac, la feria de la trufa, el queso
de Albarracín. Pero entre tanto, nuestra principal industria tras GM se
consolida, avanza y cada vez exporta más desde el Polígono de Zuera.
Lo que debemos cuestionarnos desde la izquierda es en mi
opinión que si se hubiera potenciado la singularidad de Buñuel o se hubieran
dedicado los mismos o una décima parte de los recursos en potenciar el
melocotón, la trufa y el mejor aceite de oliva del mundo, cuáles serían las
consecuencias en economía productiva, si se hubiera contribuido más a la
consolidación del Aragón feliz que creando este espejismo no necesario y que no
se reivindicaba, como sí su hospital, su denominación de origen oleica o su
grupo de jota de los mejores de Aragón, desde su sociedad.
Ese desarrollo exógeno genera monocultivos pero también
frustración en los empresarios con base en el territorio. Sabemos que los Polos
de Desarrollo del franquismo han fracasado donde no existía una economía
diversificada. Hemos visto que, a medio plazo, Navarra, Rioja o nuestras
regiones pujantes lo han sido por la generación de un tejido propio, solidario
y pegado al territorio de verdaderos empresarios.
Porque los mismos, representan sectores artesanales con
entronque incluso medieval como la fabricación de zapatos en el Aranda o
Arnedo.
Motorland +no será nunca la olivera de 1.250 de Valderrobres.
Luis Iribarren 05/10.