25.10.15

Aragón sigue, Labordeta vive.

La  Fundación José Antonio Labordeta ha organizado el I Congreso dedicado a difundir al poliédrico aragonés en todas sus facetas como personaje público. Diferente, sencillo, socarrón y humano, supo llegar a todos, comprometido con esta tierra que tanto amó. Se ha estudiado su personalidad y trabajo, desde diversas ponencias ante numerosos estudiantes, periodistas de aquí y de allá, así como políticos de toda ideología que compartieron con él  vivencias en el Congreso como diputado de CHA (un Beduino en el Congreso). Sin olvidar también que fue diputado en las Cortes de Aragón.

Nadie guarda rencor a su persona, más bien admiración, aprecio y simpatía, cualidades difíciles  de encontrar en la actual política. Aragón tuvo en él la voz en Madrid, poesía y escritos en sus libros y letra y música en sus canciones.  

Pasado el tiempo, su figura permanece imborrable; pero continuar con lo que Labordeta ejemplarizó va a ser difícil: construir un Aragón más rico, próspero y culto.

Por esto luchó “el abuelo”, un  aragonés que era nacionalista "por dignidad", como dijo durante tantos años. Un ideal que se diluye en enfrentamientos partidistas, entre políticos planos que  anteponen sus intereses y que son incapaces de llegar acuerdos. Por eso hay que mantener la Fundación y el museo dedicado a José Antonio Labordeta. Como bien dijo su viuda Juana de Grandes, es necesario la ayuda de las instituciones, para que su recuerdo y aportación a Aragón a través de su expresión artística, política y periodística no caiga en el olvido. La lucha que primero se pierde, es la que se abandona.

Daniel Gallardo Marin

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