15.10.15

Escuchar, escucharnos…

Ya sé que estamos atravesando un momento crucial en el devenir social y político o, al menos, un momento interesante y complejo, en donde el ruido no nos deja escuchar, pero, sería importante que supiéramos poner atención a lo que oímos, no solo percibir los sonidos que emiten los demás; que mostráramos respeto por una buena conversación.
¡Qué palabra tan hermosa!
Desde muchas instancias se nos transmite constantemente información que nos abruma, ya no sabemos si es de hoy, de ayer o de mañana. Los canales de comunicación de los que dispone la sociedad, hacen que perdernos el minuto anterior, equivalga a poner cara de “ya, ya, estoy al tanto…”, aunque nuestro interlocutor nos hable de algo de lo que no tenemos ni la más remota idea. 
No se escucha al de enfrente; procesamos constantemente tanta información y tenemos tanta prisa que ni le miramos a la cara cuando nos habla.  No nos interesa lo que nos dice, sino lo que nosotros queremos decirle. Solo le oímos mecánicamente absortos en nuestra nube de mínimos pensamientos deslavazados. Nos atropellamos unos a otros porque creemos que no nos va a dar tiempo de decir lo que deseamos.
En ocasiones, un poco de pausa, consideración, amabilidad y algo de educación, no nos vendría mal para escuchar y disfrutar de una conversación. El mundo sigue su curso aunque nosotros nos bajemos a charrar, luego podemos volver a subirnos y todo será un poco más humano.
Antonio Angulo