En los últimos 25 años Zaragoza ha cambiado mucho, algunas zonas se han ido transformando mientras otras crecían y se urbanizaban. Integrar la orilla izquierda del Ebro al sentido urbano admitido por los zaragozanos costo muchos años, pues tanto los pocos puentes sobre el Ebro como la excesiva mala planificación de la margen izquierda, llena de fábricas que impedían una ordenación humana, hicieron a estos barrios unas eternas zonas que esperaban constantemente una reordenación que nunca llegaba.
Algunos errores de aquellos años todavía están esperando solución, pero ya son pocos.
Hoy Zaragoza no solo ha admitido que la margen izquierda es una gran ciudad sino que además se encuentra muy cerca de su centro y dispone de todos los servicios. Pero todavía queda el sureste de la izquierda, los barrios de Jesús, La Jota, Vadorrey o Avenida Cataluña que siguen esperando soluciones definitivas.
En periodos electorales todos nos acordamos de ofrecer ideas que luego nunca se llevan a efecto. Todos recordamos lo que falta, lo que está mal, pero luego se nos va olvidando poco a poco hasta la siguiente ocasión en que tengamos que pedir el voto otra vez. Todos menos los vecinos. ¿Cuándo aprenderemos?