Esto del fútbol tiene su aquel, y en Zaragoza la sabemos de largo. Cuando el Real Zaragoza parecía que se nos iba a desaparecer como un azucarillo en agua caliente, nos vienen de Madrid a regalarnos la subsede de los posibles —o imposibles— Juegos Olímpicos de 2020 como subsede de fútbol.
¡Jope la que se nos ha liado ahora! ¿y habrá que volver a pensar de nuevo en el campo de San José?, no salimos de una y ya nos están metiendo en otra. Creo que Agapito, que es un ladrillero con barba de dos días siempre, ha sonreído y no ha dicho nada. Como siempre también.
Yo creo que hay que empezar a sacar a escote el nuevo campo de fútbol, entre todos, ahora que ya no tenemos pasta no hay otra que dejar de comer a días alternos y no comprar el periódico los domingos hasta el año 2020. Son a 10 euros al mes por…, pues casi 1.000 euros por familia. Así sale el campo, seguro. Todos sea por ver una par de tardes a 22 personas jugar con una pelota, y a ser posibles que sean selecciones tan importantes como Honduras, Panamá y Zaire, que dan más color al deporte.
¿Quién es el responsable que sabe decir que NO, que no queremos ser subsede de nada, que no estamos para juegos, que lo que nos gusta de una puñetera vez es currar por salir de la crisis y sobre todo del desempleo?
No sé, pero esto de creer que las fiestas nos resolverán los problemas me recuerda a un chiste malo. ¡Menos samba y más trabajar!
De momento ya me molestó el domingo que fueran más zaragozanos a la manifestación por la viabilidad de la empresa S.A.D. Real Zaragoza que a todas las últimas contra las reformas laborales y el desempleo juntas. Pero no lo digo aquí, para que no dejen de leerme este blog, así que ya me callo.