Hoy he tenido una mañana completa en las Cortes de Aragón, redefiniendo mis apreciaciones sobre los Presupuestos de Aragón. Esos presupuestos para 2012 que tras presentarse se retiraron para volverse a presentar con algunas modificaciones por el cambio de Consejeros, como quien se cambia cromos entre Madrid y Aragón, entre el PAR y el PP. Seguimos siendo una sucursal. Pero no me preguntéis de qué.
El trabajo ímprobo de los funcionarios de las Cortes de Aragón es una labor no conocida pero en casos como estos muy a reconocer, pues los cambios —en pocos días— de partidas enteras entre Departamentos supone un reestudio de enmiendas, análisis, soluciones.
La sensación tras mi visita es que los Presupuestos de toda gran organización es casi siempre un “corta y pega” para salvar la situación, pues lo significativo viene tras la aprobación, en donde se redefine en verdad cada partida, cada inversión —ahora no toca invertir, se avisa—, cada gasto. Aunque esto no se diga nunca. Cambiar el nombre del título en una partida se emplea a veces para opacarla, para modificar su destino final, para convertirla en fija o variable y con ello en segura o probable. Son pequeños juegos de papel y no de manos, que resultan inevitables en todo proceso complejo, por mucho que no sean fáciles de creer para profanos, que entenderían más lógico la claridad total. Pero detrás de todo este proceso, sí que existe un claro deseo de hacer realidad un presupuesto con arreglo a unas necesidades que siempre son muchas más de las posibles.
No me gusta nada que haya recortes en investigación, en educación de alto grado, en inversiones de compleja explicación. Es como si se hubiera decidido no retocar nada de nada sobe todo aquello que es fácil de explicar y entender por todos; pero en cambio retocar y recortar sobre aquello que parece pasar más desapercibido, aunque sea tan importante o más que lo primero.
Todos entendemos enseguida y por poner un ejemplo muy sencillo —aunque no he sabido bien por qué de esta apreciación entre las familias— que en preescolar hay que cuidar la educación al máximo, pero que en cambio no es tan preocupante cuidar la calidad de la educación en la Universidad, en las Formación Profesional o incluso en el Bachiller. Curioso pero cierto, y si hay dudas que les pregunten a las AMPAS y su grade decreciente de participación según edades. Recortar en educación básica tiene muy mala prensa. Pero posiblemente lo que significa futuro para un país es la educación de Grado Superior y cuidar que no huya de su territorio.
El caso es que mi mañana en las Cortes de Aragón han sido productivas y mi apreciación sobre su funcionamiento algo más alto. Aragón debe estar muy complaciente de una institución de gran calidad funcional.