15.1.12

S.A.D. Real Zaragoza en estado de coma y sin responsables

No es fácil hablar con serenidad del momento actual que vive la S.A.D. Real Zaragoza, pues el cúmulo de acontecimientos de los últimos meses, casi años si somos sinceros, llevan a esta empresa que es algo más que una empresa, camino del inevitable cierre. 

Desde el momento en el que el Real Zaragoza se convirtió en una Sociedad Anónima, perdió todo sentido de representar a una ciudad, por mucho que estos sea duro de entender y asumir. Pasó a pertenecer a una persona, a una sociedad, que la puede vender, trocear, cerrar, trasladar de lugar, cambiar de nombre, jugar con ella o lograr que tenga éxito. Las instituciones y los zaragozanos poco podemos hacer que no sea quejarnos. Y no se nos escuchará, si no es para aprovecharse de ese revuelo, de esa presión, de esa sensación de que algo se nos ha quitado.

Atrás quedan los graves errores del PAR cuando decidió llevar a los tribunales la construcción—y con ello la paralización— del nuevo estadio de la Romareda. Atrás quedan los proyectos del nuevo estadio en San José, hoy llenos de crisis económica pero sobre todo de problemas de la institución Real Zaragoza, a la que hay que mirar con lupa suave. Atrás quedan los intentos fallidos por que diversas empresas o personas de variado pelaje y procedencia se hicieran con un nombre al que poderle sacar jugo.

Hoy el Real Zaragoza está condenado a la desaparición. Por sus deudas imposibles de soportar, por sus resultados deportivos, por su valor contable, por la dirección de unos gerentes imposibles de calificar, por la imposibilidad de ayudar a una empresa que nunca se ha dejado asesorar, aunque si ayudar desde diversos sistemas no siempre tan claros como para aplaudirles según vamos viendo en la últimas informaciones publicadas.

Nos queda el furor de que algo se acaba, el duelo de que las cosas mal hechas al final se pagan. La duda de si alguien podría haberlo hecho mejor desde las instituciones, pues hubo demasiadas personas que miraron hacia otro lado cuando se debería haber sentado las bases para resolver los problemas que hoy ya están enquistados. Ente muchos la tenían, pero ella sola se meaba. La fontanería de una época política, también ha funcionado en este problema y lo sabéis todos.

Ahora la única solución pasa por que alguien ponga la pasta gansa que se debe. Alguien quiere decir tú u otra persona. No ninguna institución, no ninguna empresa a la que se le quiera sacar réditos de buen negocio por parte del actual propietario.

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