Para este viaje no hacían falta alforjas. Salvo que el objetivo de algunos partidos haya sido desgastar al partido hermano en lugar de asaltar el cielo de la Moncloa porque a la oposición de izquierdas, nunca le salieron las cuentas.
Con C's hubieran podido (por lo menos intentar) cambiar el rumbo de este país, pero la prioridad personal o partidista de todos y cada uno les privó de dar este paso. No les bastó ser el país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad, solo superado por Chipre.
Ni tampoco les ha bastado sacar pecho al ya Presidente, ni su Gobierno de tener el triste honor de haber sido el primer partido imputado de la democracia por corrupción. ¿Para qué entonces han servido esa espera en formar gobierno?
Sólo para Rajoy, buen ejemplo de que la vida es resistir a una izquierda desunida, especialmente a un PSOE sin rumbo ni cabeza. Ver las lágrimas de Pedro Sánchez, me recordaron a la entrega del Reino de Granada. ¿Buscaba apagar el fuego, o quizás no pensó que podía avivarlo?
¿Cuál eran las alternativas al NO? El abismo. ¿Apoyarse en Iglesias? Ya lo intentaron y se encontraron con las verdaderas intenciones de Pablo Iglesias perdidos ahora en si es más populista el puño cerrado de la activista Angela Davis o la ¨V¨ de Churchill.
Volviendo a casa, esa rebeldía y enfrentamiento de Susana Sumelzo y su ¨NO¨ a la actual dirección del PSOE, manteniendo su palabra contra viento y marea es admirable. Me queda la duda, de si esas mismas agallas que ella ha demostrado, las mantendrá ella y el resto de diputados aragoneses en la nueva legislatura, a la hora de dar voz en un hemiciclo, donde cada uno echa la suya, mientras a Aragón, ni se escucha ni se oye.
Daniel Gallardo Marin