El Ayuntamiento de Zaragoza reclama ahora a Tuzsa y por ende
a sus subsidiaria actual AUZSA unos 50 millones por cobros indebidos. Es decir,
dentro de 5 años sabremos si hay que pagar o cobraremos. O lo que será más lógico,
si nos quedaremos en tablas.
El anterior contrato de servicios con TUZSA era cuando menos
para ser enseñado en las Universidades de Dirección de Empresas. Un ejemplo de
qué es lo que nunca se debe firmar.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha esperado algunos años tras el
informe de la Universidad de Zaragoza y Moore Stephens para reclamar. Es decir,
hasta que se le han hinchado los bemoles. Y en esto la empresa ha tenido mucho
que ver pues su comportamiento en estos meses no ha sido tampoco como para
enseñar en la universidad.
¿Quién tiene razón? Pues personalmente creo que el
Ayuntamiento pues el contrato aunque facilitaba mucho era también tremendo y permitía
en exceso tras una primera lectura rápida, modificar el precio del kilómetro
recorrido. Zaragoza no se debe permitir un servicio público contratado, con
unos contratos hechos por estudiantes de amiguetes.