Mira al suelo con unas largas cejas. Está triste, como de payaso trabajando, mientras mira hacia el suelo. Poco a poco se va deslavazando por el paso del tiempo, pues los payasos tristes se apagan si no recuperan la sonrisa. Para hacer reír, al final, siempre hay que mostrar que se sabe reír.
Nada como estar detrás del Tribunal de Justicia de Zaragoza o de la Audiencia, para estar triste mientras pueda.