Eurovegas ha pinchado como antes lo hizo Gran Scala. Son
proyectos para engañar a los que desean soluciones rápidas, milagros de iglesia
barata, para los que creen en las bondades
de los “mercados”.
Yo fiel defensor de los mercadillos, pero de los mercados no
tanto pues enseñan el plumero a poco que se les deje hablar. El final de
Eurovegas es similar al de Gran Scala, Una inversión irreal, unos deseos de no
pagar impuestos, una engañifa para políticos cortos de vista, un deseo de crear
muchos, grandes y variados bares de putas, con muchas luces y gran musiquilla
barata.
Zaragoza y Aragón ya sabe lo que es perder una tontería
parecida, así que no nos resulta novedoso.
Los beneficios para una sociedad salen siempre del trabajo
bien proyectado, de la investigación y el estudio, de la inversión productiva,
de creer en la propia sociedad y en nuestros recursos. Los milagros ya no salen
a pasear ni entre las religiones.