Hoy José Luis Trasobares en una de esas crónicas acertadas de diagnóstico político de Aragón deja en El Periódico de Aragón un párrafo que deseo destacar.
“…la absoluta decadencia de los liderazgos socialistas (salvo en casos específicos) y la insoportable levedad de las ofertas podemistas y de las otras organizaciones de carácter alternativo (salvo excepciones). Chunta, desdibujada y reducida al testimonialismo, no tiene mejor pinta. En cuanto a IU…”.
Habla y analiza la izquierda aragonesa y sus posibilidades de futuro, que como yo, lo vemos desdibujado y tristemente apagado. ¿Qué nos sucede a todxs nosotrxs?
Me voy a referir sobre todo a CHA que es sobre quien debo opinar con conocimiento. El trabajo de las personas de CHA en las instituciones aragonesas desde hace ya muchos años es incansable, agotador a veces, y aunque es su obligación, es sin duda una devoción sobrepasada en horas y en sacrificios familiares. Estas palabras no sirve de nada, que no sea ayudar en el diagnóstico de la sensación que observa acertadamente Trasobares. No estamos apagados, estamos explicándonos mal, porque así queremos (sabemos) hacerlo, admitiendo el enorme coste de esto.
A esa dedicación tremenda de los equipos de CHA, le sigue una (presunta) apatía casi constante de la sociedad hacia el propio trabajo de CHA y lo que todxs nosotrxs representamos en Aragón. Tanto por parte de la sociedad como de los medios de comunicación. Si esa apatía también les sucede a otros grupos políticos de la izquierda me da igual. Al menos en este momento del análisis.
Sin duda hay que ganarse en el día a día la presencia y los aplausos, y sin duda también las sociedades no están dispuestas al aplauso nunca, sino al trabajo bien realizado. Admito que eso es sentido común español y va en el propio trabajo social, por cierto algo que no sucede en otras sociedades alejadas a la nuestra. Pero ese es otro tema.
Como sin duda sé (faltaría más) que el daño político de los nacionalismos excluyentes, es un precio impagable en lo negativo, y que tenemos que asumir los que no tenemos nada que ver con sus decisiones.
Pero cuidado con no saber defender Aragón por lo que vemos en los vecinos, pues el futuro llegará para todos, y nosotros nos podemos quedar cojos para avanzar, mientras otros corren y corren, desde la España que al final abrazarán y compartirán en sus negocios de mesa camilla.
Rentabilizar o visualizar lo que hace y representa CHA en Aragón a través de sus trabajos nos resulta muy complicado a todos nosotrxs. Por eso el diagnóstico de Trasobares me duele, pues él es una persona muy muy muy informada. CHA es una organización pequeña, sin artistas carísimos y muy profesionales de la comunicación y el arte de vender, y que se equivoca como todas pero que es de las que por su propio ADN se fustiga en cuanto hay una duda, un error, una zancadilla. Y ese "no tener" profesionales propios de la venta, hace que los que las voces importantes que nos rodean en nuestra sociedad, sean más insustituibles a la hora de ponernos en valor o de tirarnos por la borda.
Somos pues débiles por nuestra capacidad innata de asumir exclusivamente como propios todos los errores…, y como comunitarios y de todxs, los aciertos que se logran, que también son muchos aunque no sepamos explicarlos.
Insisto, que si yo creo que somos así, es porque queremos ser así. Tenemos capacidad enorme de aprender, pero también de seleccionar qué y de quien queremos aprender, y en quien fijarnos y a quien no mirar en sus trabajos de venta por fascículos de sus gestiones.
CHA es hoy lo que quiere Aragón que sea CHA. Y esto yo personalmente lo tengo clarísimamente admitido como un lema prioritario en mis trabajos políticos.
En mis pequeños cargos políticos siempre ha trabajado mirando por la sociedad que me correspondía gestionar, pero también sabiéndome retirar cuando observaba que mi gestión no parecía la correcta. No estuve nunca para defenderme ni para vender mi labor. Y efectivamente esa es una de las debilidades tremendas de una organización política en este siglo XXI.
Yo, como miembro de CHA con algunas responsabilidades, efectivamente admito como dice Trasobares mi papel desdibujado y testimonial, pues en cuanto he visto una sombra de duda sobre lo interesante de mis horas de dedicación he abandonado, antes tal vez de lo que debería.
Cuando no se cobra nada, el precio que se recibe es la satisfacción de saber que sirves.
Y cuando la sociedad zaragozana entendió (o me pareció a mi entender) que debía desdibujarme, lo hice. Pero eso no quiere decir que no haya conocido absolutos torpes (adjetivo suave) a mi lado, en otros partidos (o incluso en el mío, siempre CHA el primero en todo lo negativo como ejemplo) que nunca quieren desdibujarse, tal vez porque no sepan hacer otra cosa que permanecer.
Aragón se merece otra cosa, Zaragoza necesita otra cosa, pero debemos de ser todxs lxs aragonesxs los que trabajemos por esa “otra cosa”. Y si se quiere que CHA esté descansando, el primero que lo entiende soy yo. Yo no soy testimonial por mi gusto, sino porque no me quieren dar otro papel lxs propixs aragonesxs. Sé que CHA tiene cuadros de personas válidas suficientes para cualquier tipo de gestión política en Aragón. Lo demostró en pocas horas cuando se le entregó una Consejería. Pero tienen que ser les aragoneses los que decidan quien quiere que levante este Aragón, efectivamente desdibujado.
Julio Puente