Mientras los terremotos alteran la vida en países de Centroamérica, aquí, a pesar de tener una mayor estabilidad geológica los provocamos en forma de plebiscitos. Pero a lo mejor solo para desviar la atención y no tener que hablar de otros temas, como por ejemplo, la corrupción en los partidos de Rajoy y el de Puigdemont.
Y en esa pelea unos por la unidad y otros por la ruptura, Unidos Podemos organizar un acto en Zaragoza para solicitar un referéndum legal pero sin banderas, en el pabellón municipal. Que por lo visto les molestaban mucho.
A las puertas de esta reunión asistieron, sin ser convocados, quinientos ultraderechistas violentos que lanzaron incluso una botella de agua a la presidenta de las Cortes de Aragón.
Total que este numerito nos ha hecho blanco de las iras de unos contra otros, cuando el problema no es nuestro, al menos de momento. Algo que se veía venir y se podía haber evitado de no haberse convocado dicha conferencia, más en los momentos actuales de crispación.
Y lejos de poner moderación en unos hechos del que Puigdemont es uno de los mayores responsables de la actual situación, nos da lecciones y se atreve a decir “Años de movilizaciones en Cataluña con millones de personas, sin incidentes. Ejemplos de civismo y pacifismo. En cambio en Zaragoza…”.
Pues en Zaragoza y en Aragón estamos muy hartos. Además de bocazas, el presidente de la Generalitat es un “mego” al que se le olvida hablar de la devolución de los bienes aragoneses; del rechazo del trasvase a las cuencas internas catalanas; de que van a dejar de adjudicarse nuestra franja o que vamos a recuperar el archivo de la Corona de Aragón.
Pero no. Para eso no utiliza el Twitter. Criticandonos revela sus propias carencias. ¿Qué se puede esperar de quien votó en contra de apoyar la realización de un referéndum para tratar la independencia del Kurdistán iraquí? Tampoco veo el mismo interés de los chicos de Podemos a la hora de defender nuestros derechos, ni en el Congreso ni en Europa como lo hace en el tema Catalán.
Daniel Gallardo Marin