Antes los grandes retos que se producen contra Aragón —curiosamente nunca a favor de Aragón— debemos estar unidos los aragoneses, como bien pide Carmen Martínez Romances, diputada y secretaria general de CHA, en su artículo. Pero parecemos incapaces de entender que defender Aragón es defender las posibilidades de nuestros nietos. Somos tan lerdos, que preferimos dar las razones y la razón al vecino que a nuestros propios hijos y nietos, para no parecer anclados en lo pequeño.
El Ebro no nos pertenece a los aragoneses, pero tampoco le pertenece a la fuerte Cataluña que está muy acostumbrada a llevarse lo que le apetece o incluso necesita, sin pensar para nada en los vecinos, que también tenemos derechos y necesidades. Y siempre con el amparo de Madrid y el de muchos aragoneses que miran a Madrid antes que a su Aragón.