En el marco de una grave crisis política y la guerra de independencia argelina, en 1959, De Gaulle instauraba la V República francesa con un sistema muy presidencialista, dando a la Presidencia plenos poderes que pueden llegar a ser de excepción en determinados casos constitucionalmente tasados. El propio sistema electoral a dos vueltas intenta reforzar que dos grandes partidos del sistema (gaullistas y socialdemócratas) se turnaran en el poder. Algo que siempre ha sido así a lo largo de más de medio siglo….. hasta hoy.
Hoy se ha celebrado la primera vuelta de las elecciones a la Presidencia de la República, con el 75% del escrutinio (datos del Ministerio del Interior de la República), Marine Le Pen (extrema derecha) obtiene un 23’20% de los votos; Emmanuel Macron (liberal) un 23’04%; François Fillon (gaullista) un 19’71%; Jean-Luc Mélenchon (extrema izquierda) un 18’79%; Benoît Hamon (socialdemócrata) un 5’97% y Nicolas Dupont-Aignan (derecha) un 5’05%, quedando el resto de los candidatos en torno al 1%.
Independientemente del resultado final, parece claro que la segunda vuelta, que tendrá lugar el 7 de mayo, se la disputará la extrema derecha y los liberales. Algunos apuntes de urgencia con un 75% escrutado:
Por primera vez en la V República ni los gaullistas ni los socialdemócratas tendrán un candidato en la segunda vuelta. Es más, los dos partidos que han estructurado la vida política republicana en la V República han obtenido en torno al 24% de los votos (siempre superaron el 50%, la última vez -2012- un 56%). Los candidatos de partidos antisistema y antieuropeos, Le Pen y Mélenchon, en torno a un 43%.
Por primera vez en la V República los dos candidatos de la segunda vuelta no se reclaman ni de izquierdas ni de derechas, o, como dijo Macron, “de izquierdas y de derechas”. Ambos dicen ser los representantes de “la gente”, de los desengañados del sistema. Ella desde la eurofobia, él desde la eurofilia. De hecho, Macron, banquero y Ministro de Economía con Hollande era desconocido hace apenas dos años, creo un partido y hoy es candidato en segunda vuelta de la quinta potencia mundial y segunda de la eurozona. Si se cumplen los pronósticos en la segunda vuelta con el “todos contra Le Pen”, será Presidente de la República sin partido con unas legislativas en junio. Una absoluta novedad que abre grandes interrogantes.
Los gaullistas han sido duramente castigados por la corrupción. En Francia no se perdona la corrupción. Fillon, favorito tras las primarias gaullistas de otoño para ganar la Presidencia, se ha visto envuelto en la campaña electoral en una serie de presuntos casos de corrupción relacionados con empleos ficticios de su mujer e hijos. Desde ese momento, sus expectativas se fueron difuminando y su partido, clave en la V República, se encuentra en una grave crisis.
Por primera vez, la extrema derecha supera claramente el 20% de los votos en una primera vuelta. Ha obtenido un resultado excelente, casi una cuarta parte del electorado francés opta por una propuesta xenófoba, antieuropea y ultraderechista.
Partido Socialista sufre una debacle sin paliativos (recordemos que el Presidente actual pertenece a este partido). La socialdemocracia europea sufre una grave crisis, especialmente grave en Francia. Un candidato de la extrema izquierda, Mélenchon, con propuestas abiertamente antisistema, los ha sobrepasado ampliamente llegando casi al 19% de los votos.
Quien ocupe la Presidencia tiene una crisis de legitimidad democrática, pues parte tan solo de menos de un 25% del voto en una primera vuelta. Será Presidente por el peculiar sistema a doble vuelta, pero el dato de la primera vuelta no es menor y lo convierte en un Presidente débil frente a una Asamblea Nacional que se elegirá en junio donde difícilmente tendrá mayoría.
¿Sigue valiendo una estructura política surgida en el marco de la descolonización a mediados del siglo XX?
¿Estamos ante una crisis política que dará paso a la VI República?
Jorge Marqueta Escuer.