3.4.17

Séptimo mes en Canadá, de corresponsal de Aragón


Nunca pensé que el dicho: ``el tiempo vuela´´ lo fuese a vivir, pero ahora, a tres meses de acabar quizás la experiencia más enriquecedora y difícil de mi vida, me he dado cuenta de que siete meses nos parece mucho…, pero no es nada.

En este mes no he dejado de hacer cosas nuevas como Study Buddy (compañero de estudio), un proyecto que hacemos con la clase de Leadership (liderazgo) en el cual vamos a un colegio —en mi caso a uno llamado Samuel W. Shaw— a ayudar a niños de 10-11 años con sus clases y a pasar un rato divertido con ellos.

Además, este mes, hice las pruebas para el equipo de rugby y me han cogido. Otro nuevo reto, pues empiezo la semana que viene este deporte del cual solo conozco las reglas básicas y que nunca antes lo he cogido, pero con ganas de descubrir y conocer tanto el deporte como a gente nueva, confío en aprender dentro de poco ya que si me han cogido será porque han visto que tengo entusiasmo y ganas.


Este mes tenemos fiesta la última semana debido a que es Spring Break (Vacaciones de primavera) —si lo comparamos con fiestas en Aragón sería la conocida Semana Santa— y durante esta semana viajamos la familia y yo a British Columbia (Columbia Británica) que es la provincia situada al oeste de Alberta.

Antes de llegar al hotel paramos en las montañas rocosas para hacer tubing, que consiste en tirarse en una especie de flotador llamado ``tube´´ por una cuesta con nieve. Una vez llegamos al hotel no paso mucho tiempo que volvimos al coche, esta vez para ir a las ``Hot Springs´´, una piscina en medio de la montaña cuya agua está a 39ºC, pudiendo estar a 0ºC fuera, pero caliente dentro, el agua es natural y sale de la montaña.

Además, a la mañana siguiente cuando miré por la ventana del hotel me sorprendió ver cabras montesas en el parque de enfrente, pero no fue eso lo que más me llamó la atención, fue la tranquilidad con la que los habitantes de Radium paseaban a menos de cinco metro de distancia de las cabras salvajes, y cómo vimos que los vecinos no se preocupaban por la llegada de estos animales salvajes, no tardamos nada en cruzar la calle e ir a jugar.


Esa misma mañana fuimos a hacer senderismo, durante todo el camino había que tener extremo cuidado, debido a que el suelo seguía congelado, y cuando llegamos al final pudimos observar una catarata congelada. Era impresionante ver el agua caer a través del hielo transparente. Después de comer, paramos en Banff para visitar un museo de las aguas termales, en el cual explicaban como las primeras naciones descubrieron estas piscinas calientes en la montaña. Me pareció muy interesante.

Pero no todo en este mes han sido cosas nuevas, también he aprovechado esta semana de vacaciones para volver de voluntaria al banco de alimentos de Calgary, una experiencia que me gustó la primera vez y he decidido volver para aportar mi pequeño grano de arena.

Silvia Marqueta Salinas