Ayer la DPZ presentó un trabajo de investigación sobre la despoblación en la provincia de Zaragoza, corto, escaso de soluciones, con unos análisis escasos y con pocas reflexiones históricas y de futuro. Las que ofrece son muy correctas, pero se nota que no ha querido entrar a plantear soluciones ya que deben ser otras instituciones las que las hagan y a las que les corresponde entrar a trabajar muy en serio.
En cuanto a los datos, al menos en su documento básico de una docena de páginas, se echa en falta un análisis más minucioso de las economías actuales de al menos las Comarcas en peor estado de futuro.
En cuanto a los datos, al menos en su documento básico de una docena de páginas, se echa en falta un análisis más minucioso de las economías actuales de al menos las Comarcas en peor estado de futuro.
Pero sin duda es de agradecer la presentación de este informe y debe servirnos a todos para seguir trabajando sobre este problema grave para el futuro de Aragón, en equipo entre todas las instituciones, para que la sociedad admita y comprenda que es importante.
Campo de Belchite y Campo de Daroca son las dos Comarcas de Zaragoza con datos más preocupantes, al que le siguen de cerca Ribera Baja del Ebro y Cinco Villas, en todos estos casos con menos de 10 hab./km2 que representa el número fatídico desde el que parte negativamente todo proceso de reversión. Muy cerca están también Comunidad de Calatayud y Bajo Aragón-Caspe.
Sin duda el dato que se ofrece desde la DPZ, valorando la influencia total que el empleo y la baja actividad económica tiene sobre la población, y en estos casos, asumiendo que al ser muy baja la cantidad de empleo y de actividad su influencia sobre la despoblación es brutal, acierta sobre el primer diagnóstico.
No es posible revertir la despoblación sin antes procurar una actividad laboral y económica mucho mayor en estas zonas. No sirve de anda el apoyo social, la creación de servicios nuevos pero muchas veces artificiales, si no somos capaces de asentarlos con unas actividades económicas que creen futuro.
Que el 69% de nuestros municipios en Zaragoza tengan ya menos de 500 empadronados, o que ya tengamos 71 localidades con menos de 100 empadronados, nos muestras una radiografía tremenda. Más si admitimos como cierto, que el número real de habitantes es bastante menor, sobre todo en invierno, pues no es lo mismo empadronados que personas viviendo en estas localidades.
El 79,8% de los zaragozanos afiliados a la Seguridad Social están empadronados en la Comarca de Zaragoza capital y entorno y el 20,2% en todo el resto de la provincia. Este detalle es una marca de la actividad económica real de toda la provincia, y el síntoma más grave que hay que revertir. Cuatro Comarcas no llegan a tener ni un 1% de ocupación provincial. Son Comarcas sin actividad.
Si a la baja actividad económica, se une unos grandes espacios desérticos, una mala distribución poblacional, unas malas comunicaciones, la escasez de servicios básicos a veces mal repartidos, un acusado envejecimiento, una irregular distribución (por costes) de los servicios educativos de grado medio y superior, sin un relevo generacional en las pocas actividades agrarias y ganaderas de las Comarcas, vemos que las posibilidades de revertir la situación es compleja y requiere unos planes de trabajo que se escapan de los que puede hacer la DPZ e incluso el Gobierno de Aragón.