Este fin de semana me han pasado esta imagen junto a un
vídeo de un músico callejero en la calle Alfonso de Zaragoza tocando con un violoncello la obra Gigantes y Cabezudos.
La calidad se está apoderando de los músicos
callejeros tras los buenos trabajos que nos dejan el Grupo Elegía por el centro
de Zaragoza o incluso los alumnos del Conservatorio de música. Sin duda un aplauso para todos ellos, que logran que
Zaragoza suene muy bien.