Dice hoy Mariano Gistaín en la última de Heraldo de Aragón que
necesitamos "algo" en Aragón para levantarnos del amodorramiento,
para darnos cuenta que nuestros vecinos nos están quitando centímetros teóricos
en los mapas del Aragón mental y europeo, de la economía del futuro, de nuestra
vida de verdad.
Ese "algo" lo debemos provocar los periodistas o
los políticos. Los unos no quieren apoyar Aragón pues no está de moda, y los
políticos no saben ser aragonesistas pues a lo que aspiran es a salir en la
Sexta y no en AragónTV que mola poco.
Aragón necesita sobre todo personas, es decir, personas que
quieran ser aragonesas de siempre. Mujeres y hombres que prometan quedarse aquí
aunque se pase mal. Y que asuman que si se pasa mal es porque no sabemos
montarlo mejor. Aragoneses que admiren a sus padres y abuelos aunque sean
sorianos o andaluces, guineanos o marroquíes. Personas que quieran trabajar
defendiendo Aragón, que es su cueva.
Y tendremos que ir pensando que hay dos caminos. O nos
dejamos invadir por los vecinos catalanes y vascos por falta de arrestos por
defender nuestro futuro, o nos diluimos como un azucarillo por el calor del
desierto que será lo que nos quedará si no se hacen cargo de nosotros o los
madrileños o los valencianos.
Me dicen que queda otra posibilidad, que es creer en
nosotros mismos y defender Aragón; pero eso ya no está de moda ¿verdad?