Los “cursus”
romanos como predecesores de nuestros Coso eran unas pistas de tierra o
“carreras” que rodeaban las ciudades romanas como un paseo por las zonas
exteriores de la ciudad, fuera de las murallas, enfrentándose a “las afueras” y
sin los agobios de las ciudades interiores. Efectivamente, aquellos agobios
nada tienen que ver con los actuales.
En estos
Cosos se celebraban si la ciudad no disponía de lugares destinados al efecto,
de las corridas, carreras, justas o peleas, fiestas o dispendios públicos que
la ciudad necesitaba para ir pasando el rato y las fechas importantes.
Los Coso
(cursus) romanos eran también las calles o caminos en donde se recogían o
terminaban las vías púbicas, las vías vecinales o las vías privadas que
terminaban en ellas para poder entrar a las grandes ciudades a través de sus
murallas y sus puertas.
El Coso de
Huesca o el Coso de Zaragoza es un ejemplo vivo y real del mismo trazado romano
de los “cursus” que han soportados más de 2.000 años sin verse eliminados. Todo
un logro urbanístico que nos deja al menos el recuerdo del trazado de las
ciudades romanas.
La imagen es de los años 30 y del "Archivo Loty".