Han sido varias las campañas (en tiempos pretéritos) que se han realizado en Zaragoza para salvar su Mercado Central. Ahora no hay ninguna pero somos muchos los que
sabemos que además del edificio hay dentro un servicio, un contenido casi tan importante como
el continente y que debemos preservar la calidad y el servicio, adaptándolo a
los nuevos tiempos.
El Mercado Central de Zaragoza cumple una función de
servicio a gran parte de la ciudad pero debemos reconocer que la calidad de los productos en un
gran número de sus puestos de venta es justa y que habría que readaptar
servicios, calidades, diseño del edificio, nuevos servicios a los consumidores
que acuden hasta el Mercado Central, pensando en el futuro más que en el
pasado.
No sirve solo con un lavado de cara al edificio como se ha realizado no hace mucho
en el Mercado de San Vicente Paul, sino hay que realizar un análisis primero de
las necesidades de cambio y una actuación con varios vértices para actualizar nuestro
Mercado Central.
Tal vez hay que volver a salvar el Mercado Central, situado en
un punto urbano maravilloso para ser un atractivo foco ciudadano.