En Zaragoza, desde lo alto de fachadas y tejados, nos observan multitud de pequeñas imágenes, esculturas o personajes de complicada asignación. En las paredes de La Lonja de Zaragoza, en la Plaza del Pilar tenemos ejemplos variados de rostros que no deben ser anónimos, aunque yo no sepa deciros a quien representan. Os dejo una pareja.