14.2.11

La Montañanesa presentará un proyecto para reducir los olores de su fábrica de papel en Zaragoza

La empresa papelera del barrio de Zaragoza de Montañana, Torraspapel, adquirida por el fondo británico CVC en 1999 al grupo de inversión kuwatí KIO —la conocida coloquialmente como La Montañanesa— ha presentado un proyecto para invertir 22 millones de euros entre 2011 y 2012 dentro de en un plan de calidad ambiental para tratar de reducir a su mínima expresión los olores que desprende.
Previsiblemente esta estrategia será presentada al Ayuntamiento de Zaragoza en lo que queda de mes. El consistorio la analizará y le dará el visto bueno, si cumple con los requisitos que pidió a la empresa ya el pasado mes de noviembre de 2010 para la reducción del mal olor que desprende la fábrica.
Tal y como informaron fuentes del comité de empresa, Torraspapel está más que dispuesta a cumplir con lo exigido por el ayuntamiento y ha elaborado un plan que se aplicará durante este año y el próximo ejercicio. El proyecto para rebajar los olores de la fábrica incluye la puesta en marcha de una sección de stripping, de modo que los vapores pasarán a una caldera y serán quemados, reduciendo así el mal olor. Asimismo, se van a incorporar unos nuevos electrofiltros para las calderas de recuperación. Utilizando un símil, como si en una cocina se mejorase la campana extractora. 

Por mucho que desde la empresa Torraspapel se insista que se cumple la ley y que además sobre malos olores no hay unas leyes claras, lo cierto es que los olores son insoportables en muchas ocasiones y muy molestos siempre. Si somos capaces de notar olores muy molestos es porque en el aire flotan partículas que entran por nuestras papilas olfativas a los pulmones, pues si no fueran detectadas por nuestra nariz no se notaría el fuerte olor. Existen en el aire que veces llega hasta toda la ciudad de Zaragoza, sobre todo a las zonas noreste, partículas muy molestas que siguen siendo igual de empalagosas que hace décadas. Pero aun hay que ir más lejos. Las aguas residuales que se vierten hasta el Gállego son contaminantes y tremendas, y se pueden ver con tranquilidad en la zona de los caminos que van por la zona entre Zaragoza y el barrio de San Juan. ¿De verdad hay alguien que se puede creer que esas aguas residuales, por espuma, color, temperatura o viscosidad no son contaminantes? Que se lo pregunten a las aves que sólo edifican o se even, aguas arriba de estos vertidos.