Quien haya pensado que en Zaragoza no tenemos luchadores de
sumo se equivoca. Aquí os dejo la evidencia de uno de ellos. Un luchador de
sumo con sumo arte. El detalle del pezón verde es maravilloso. Y que esté
jugando al ping-pong más todavía. Sin restarle gracia a su mirada, a la mamola,
a su boca con gesto fruncido, a lo deforme de sus pechos. Lo dicho, un jugador,
de pimpón o tenis de mesa, con “sumo” gusto. Está en una pared exterior del
Centro Deportivo municipal Gran Vía, la antigua Hípica, en la calle Domingo
Miral de Zaragoza.