En Zaragoza también hay hoy sombras, casi vestigios
arqueológicos de la Zaragoza que fue. Aparecen cuando se derrumba la ciudad,
cuando se quitan carteles viejos y aparecen las señales escondidas, las huellas
prehistóricas que estaban detrás. Una vez en la Avenida Cataluña había un banco
que se llamaba “Banco Zaragozano” ¿Le suena? A mi me suena a baloncesto, a
viajes con las jugadoras, a triunfos.