9.3.14

Surgen en Aragón nuevas estrellas políticas salvadoras. Jorge Garasa

Mientras los líos en PLAZA aumentan, como aumentan los presuntos millones de euros que han ido cambiando de manos sin control, nos aparece un personaje nuevo en la gran política aragonesa. Es un detalle de agradecer que surjan nuevos políticos con las ideas claras en un Aragón falto de eso mismo.

Un tal Garasa, de nombre Jorge como el soldado que vence a todos los dragones pero con bigotillo delatador (como el mío), portavoz de Hacienda del PP en las Cortes de Aragón y por ello Diputado de las mismas, es decir votado y aupado a poder hablar y dirigir ideas, se ha salido del tiesto con frases contundentes que son maravillosas.

El amigo de sus amigos elogia la actitud de los trabajadores de EEUU, capaces de trabajar gratis por su país con gran conciencia ciudadana. Alaba que el 25% de los trabajadores en Alemania tienen mini trabajos a cuatro euros la hora y un salario mínimo de 425 euros al mes, alabando que se debe trabajar a 3 euros la hora o incluso gratis. Un genio, vamos.

Se le olvidan dos detalles de nada. Tontadas más bien. El primero es que si se trabaja gratis, normalmente uno se muere de hambre a los pocos días y no se trata tampoco de eso. O si, nunca se sabe pues si se lograra que se murieran de hambre los seis millones de parados se nos acababa el problema del desempleo e incluso el de las jubilaciones futuras. Espero que no me lea el tal Garasa, no me vaya a copiar estas ideas.

Pero también se le olvida que él mismo cobra 53.000 euros brutos al mes, más o menos como si trabajara casi 18.000 horas al mes al precio que dice se debe cobrar. Vamos que él mismo se ha sacado sus cuentas y se ha dicho que trabajando unos 700 días todos los meses de 30 y las 24 horas pues para eso piensa, le salen las cuentas. Un genio del PP el tal Garasa, vamos. Sin duda él puede trabajar gratis aunque no lo haga, pero la mayoría de los aragoneses no, pues nunca han tenido empresas de las que sacar beneficios para poder seguir jugando a ser político. Un fallo.