Se presentó ayer un nuevo concepto de diseñar el servicio púbico de autobuses en Barcelona. Novedosa por lo que representa un estudio muy concienzudo y un sistema de líneas rectas que busca sobre todo la rapidez y un servicio con trasbordos, del que ya disponemos con gran éxito en Zaragoza.
Pero Zaragoza es una ciudad muy compleja para emplear diseños en líneas horizontales y verticales más unas pocas circulares o inclinadas, pues somos una ciudad que se fue ampliando en los dos últimos siglos de forma muy lenta, de manera radial, y nunca hasta casi la última década, con la planificación urbana de nuevos barrios enteros, que además no han sido un dechado de aciertos por la lejanía de estas actuaciones del centro de nuestra ciudad.
Somos una ciudad muy amplia en extensión y con una diversidad tremenda en nuestras necesidades sociales, también en el transporte urbano. En Zaragoza encaja mucho mejor un sistema de tela de araña con líneas circulares y otras trasversales que sirvan para trasbordos y desplazamientos entre barrios distintos. Pero este sistema con el añadido de descargar de tráfico al centro de la ciudad (ya no será posible colocar como centro de referencia la Plaza de España) tiene el problema de un exceso de kilómetros para el mismo servicio que el actual. Exceso de kilómetros y de minutos si no se diseña un sistema de semáforos y carriles bus que sea eficaz. Exceso de distancias que suponen un coste añadido a un servicio que ya hoy es deficitarios con arreglo al precio que se paga. Servicio que va en disminución tanto por las líneas del tranvía como por la crisis económica.
En granate está el trayecto de la Línea 1 del tranvía. Para formar una aspa lógica faltaría unir la zona de Delicias con Avenida Cataluña y San José con dos ramales finales, en la misma medida que será necesario un ramal desde Plaza Paraíso hacia Torrero. Estas líneas que cruzarían la ciudad entre sus extremos se complementarían con líneas tipo circulares y microbuses que dieran servicio al interior de los barrios. El aumento de los tiempos se resolvería con más distancia entre paradas, mejor coordinación entre semáforos y carriles bus. La rentabilidad solo se podría conseguir con un aumento de los viajeros tras un estudio muy complejo en donde entrarían muchos factores.