23.4.24

Las Santas Masas y los Innumerables Mártires


Vamos a escribir un poco de Santa Engracia y de los Innumerables Mártires de Zaragoza, que sobre el año 303 fueron martirizados en nuestra ciudad. Se cree que junto a Engracia fueron asesinados un total de otros 18 personas, cristianos compañeros de la santa, seguidores de Valero que era el obispo y de Vicente que era su diácono.

En la imagen de arriba se ve la detención de Santa Engracia, en el retablo mayor de su iglesia en Zaragoza.

Desgraciadamente para todos ellos en el año 313 (pocos años después) los emperadores romanos Licinio y Constantino en un febrero de se año y tras numerosas reuniones establecen con el Edicto de Milán, que: "Todos los súbditos del Imperio que sean expresamente cristianos se les autorizará a que libremente puedan seguir la religión que ellos deseen". Y les permite edificar grandes templos para poder orar y seguir reunidos.

No, no les pilló a los Innumerables Mártires zaragozanos por poco, y eso que el número de cristianos en todo el Imperio Romano había crecido brutalmente. Se calcula que en ese año 313 sobre un 30% de los habitantes romanos ya eran cristianos.

Tan es así que en el año 380 Roma declara en el Edicto de Salonica por el que la religión Cristiana es la oficial de todo el Imperio Romano. Era la religión Cristiana, la cristiana de niceno, la que se permitía y se apoyaba, intentando que el resto de religiones cristianas fueran desapareciendo.

Es decir, por pocos años los mártires zaragozanos no lograron salvarse de las torturas y muerte. Parece ser que aquellos zaragozanos se llamaban: Optato, Luperco, Suceso, Marcial, Urbano, Julio, Quintiliano Publio, Frontonio​, Félix, Ceciliano, Evodio, Primitivo, Apodemio, Casiano, Jenaro, Matutino, Fausto y San Larberto. Y dicen que primeros fueron degollados y luego quemados.

Según la tradición fueron sacados de la ciudad y en la actual plaza de España, delante de la Puerta Cinegia, en la que luego se puso el monumento de las Piedras de Coso y ahora está la de los Innumerables Mártires, de les mató y luego se les quemó en una gran hoguera junto a delincuentes comunes, para que los restos no se pudieran venerar, al estar mezclados con delincuentes.

Y esa misma tradición dice que en ese momento empezó a llover de forma muy violenta y con rayos tremendo, separando los restos de los zaragozanos quemados, creando las llamadas Santas Masas, que son los presuntamente restos de los cristianos martirizados. Todo aquello, observado por otros cristianos fue recogido y llevado a las catacumbas zaragozanas que iban desde la actual zona de Santa Engracia al Pilar, por el subsuelo zaragozano.