Son días para disfrútalos, nos los merecemos. Reconozco, que quizás soy más de música romántica y un poco tradicional que del rap, y no creo que mis gustos musicales deriven ya algún día por ese estilo, pero a partir de ahora puedo decir que sentiré una profunda admiración por la persona que con su rima y el juego de palabras pone a Aragón en el mundo de la música dentro del hip hop. Un abrazo a Kase.O
Y digo esto, porque fue el único capaz de poner cordura en la noche del pregón.
Con intenciones centrífugas o centrípetas, previamente unos y otros habían calentado el ambiente. Lo que siempre ha sido una multitud de gentes esperando el comienzo de nuestras fiestas, la plaza de las Catedrales esta vez se llenó de banderas de España, pocas o ninguna de Aragón, y silbatos.
¡Que sí, que estaba la Colau!
Quiero recordar, que la controvertida medalla fue donada a su ciudad por los graves y violentos acontecimientos terroristas sucedidos en Barcelona y Cambrils, segando la vida de una aragonesa, y no fue nunca un reconocimiento a la alcaldesa barcelonesa.
Cierto es, que todos los años no hay pregón ni alcalde en esta ciudad que se libre de algún pitido, pero es un hecho, que el actual lo que toca lo enturbia. Son pocos días de fiesta y muchos más para la protesta.
Como la cosa estaba caliente, algún iluminado, ya fuese por orden o de propia iniciativa, intentando amortiguar la sonora pitada dedicada al primer edil de la ciudad, se le ocurrió que sonara entre gritos y fuera nuestro Canto a la Libertad.
Y si hasta en ese momento era todo menos el tradicional pregón, mi cabreo por lo presenciado se tornó pena. Ya no supe, si se silbaba y enarbolaban banderas contra la corporación o en contra de nuestro himno más reconocible.
Solo la presencia y la oratoria de nuestro rapero Kase.O amainó los ánimos y volvió la normalidad y el entusiasmo. Con sus recuerdos de infancia, su respeto a la mujer y su ya clásico “soy de Aragón” seguido a capela por miles de personas, la plaza fue una fiesta. Al fin y al cabo es de lo que se trataba.
Nota.: La imagen es del fotógrafo Daniel Marcos para el Diario de Navarra
Daniel Gallardo Marin