31.10.17

Puentes singulares de Aragón: 9

Puentes singulares de Aragón y su frontera 9. Mis puentes

Es un día triste, porque no ha servido de nada tender puentes o parece que no ha habido ni voluntad ni posibilidad de tenderlos. Es cierto lo que apunta Julio, el derecho abstracto nunca es la solución. Es como cuando en una empresa se aplica un ERE que se sabe injusto contra un buen trabajador de más de 50 años y se contrata de propio a una consultora externa, porque quien tiene que hacerlo paga el servicio para no mirar a la cara.

Sangüesa, Zangotza, la que nunca faltó. Puente casi aragonés metálico, camino de Santiago. Este puente tiene cuatro arcos románicos erigidos por el aragonés Sancho Ramírez en el territorio fronterizo final de la Val de Onsella. Es el puente de mi padre, la badina donde nadaba con mis primos en el Aragón tras recibir las aguas del caudaloso Irati aguas arriba. Donde olía por la papelera donde trabajaba mi familia a huevos podridos. Es una ciudad mercado y lugar de estudios y empleo para muchos aragoneses.

No podemos ser románticos en este punto, en la vida privada, familiar, asociativa… los divorcios son permanentes. Todavía son mayores cuando hay dos gallos en un mismo gallinero. Pero la actitud del gobierno central, la presencia justificada policial para cumplir la Constitución… también es síntoma de que se les da una importancia que no se le daría a Galicia haciendo lo mismo, quizá porque se cuenta que no llegarán a hacerlo…

El hecho de que estemos ante dos gallos, es suficiente claudicación sobre la vuelta al centralismo como modo menor para no plantearse un Estado español confederal en que las cuentas no salen. En que ni Cataluña ni Aragón ni Baleares ni Rioja podemos ser como Navarra siquiera.

Por eso os pongo algunos puentes donde mi imperfecto, encantador pero traidor superyó se mira al espejo del yo y a veces del ello, en un cristalino o ensoñador entorno.
A la izquierda, río Veral, Puente Romano en la Foz Verde. Mi paraíso, donde estarán mis cenizas. Entre Berdún, Biniés y Ansó, lugar para mirarse hacia dentro.

Me gustan estos puentes porque me ayudan a estar conmigo mismo, a limpiarme y a pensar, a fundirme en el entorno, a sentirme nada, a dar bocanadas de aire, paisaje y luz… También me sirve esta entrada para seguir emocionándome con el ingeniero Arenas, cuyo puente me parece la mejor obra de ingeniería de los últimos años del mundo mundial, la que más ha embellecido el paisaje que lo rodea, sin perjuicio de su buena construcción y su necesario uso.

Un abrazo a todos. Yo seguiré poniendo puentes y árboles por bandera personal.
Puente del Tercer Milenio, funcional y redondeado, humano. Es muy bello contrapicado desde abajo y visto desde la Intermodal. Se producen franjas de colores Rothko, de verde huerta, cinta de río y blanco roto de las muelas de Juslibol. Si ya el cielo es de cierzo y dos colores, el puente y la Torre del Agua realzan de forma muy bella la huerta. Yo cada vez que lo atravieso en bici, me paro a disfrutarlo a fondo. Os pongo un ejemplo de la luz descrita.
02/10 Luis Iribarren